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Voto de Sergio Berbel:
10
Drama. Thriller Helena e Iván se proponen construir una nueva vida en los bosques de alcornoques, pero sus diferentes puntos de vista sobre cómo vivir en la tierra emergen, desafiando su futuro como pareja.
1 de mayo de 2023
4 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
Mikel Gurrea ha conseguido la cuadratura del círculo: ha convertido su ópera prima en un clásico instantáneo, en una obra maestra definitiva, en un primer largometraje al nivel del “Stockholm” con el que se presentó al mundo Rodrigo Sorogoyen o “Tarde para la ira” con la que hizo lo propio Raúl Arévalo. Porque “Suro” no es tan sólo una joya del cine sino una experiencia vital ineludible de atmósfera enrarecida y deudora del cine de Sorogoyen, donde drama, western y thriller psicológico se combinan con una perfección inaudita.

Durante todo su metraje, estaba convencido de estar viendo otra obra maestra del mejor Sorogoyen en estado de gracia, y creo que no existe mejor calificativo para definir esa maravilla titulada “Suro”. Una genialidad en la dirección, una proeza descomunal en el guión del propio cineasta y, sobre todo y por encima de todo, una interpretación ya por derecho propio en los anales del mejor cine mundial de una diosa de la dimensión de Vicky Luengo, que está pugnando por convertirse en la niña de mi otro ojo tras Laia Costa.

No existen calificativos en castellano que permitan valorar en su integridad la inmensidad de la interpretación de Vicky Luengo en “Suro” (por cierto, imprescindible verla en VO en catalán porque el doblaje deja mucho que desear y resta genialidad a semejante recital interpretativo., de esos que resulta imposible olvidar). “Suro” es ella, gravita en torno a ella y se beneficia de ese desequilibrio perturbador y de la imprevisibilidad que nadie en el mundo sabe otorgar a sus personajes en la dimensión que lo logra Vicky Luengo, casi ya un género cinematográfico en sí misma más que una mera actriz. La adoro y es con causa.

La historia que se nos narra es profundamente arrebatadora y certeramente inquietante. “Suro” nos introduce en una malsana sociedad rural catalana a la que llega una pareja de jóvenes barceloneses que pretenden cambiar de vida de manera radical, dejando el estrés de la ciudad buscando la paz bucólica campestre. Pero nada va a ser tan plácido como esperaban en aquel pueblo remoto y en la masía que ha heredado de su tía la chica protagonista. Ni tampoco esa relación sentimental goza de la fuerza necesaria para sobrevivir a todas las grietas que separan a sus dos protagonistas. Todo se derrumba a su alrededor y cada vez resulta más inquietante.

Jugando a medio camino entre el thriller psicológico y el drama con ciertos tonos de western, como si del mejor Sorogoyen se tratase (y sé que me repito con esta idea), Vicky Luengo se lo come todo y a todos, estando infinitamente por encima del resto del elenco artístico que se difumina ante semejante recital interpretativo, todo ello aderezado con una fantástica y perturbadora partitura musical de Clara Aguilar y una excelsa fotografía del agro catalán firmada por Julián Elizalde.

Dicho sea de paso, el manejo de las elipsis que derrocha Mikel Gurrea en su metraje me resulta tan imprescindible como magistral en una película con un final hipnótico que no vas a olvidar jamás. “Suro” es una de esas películas que resultan de visionado absolutamente imprescindible.
Sergio Berbel
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