Probablemente, “Secuestrados” sea una peli exagerada, sensacionalista y no demasiado original. E incluso es muy posible también, que algunas de sus situaciones resulten del todo inverosímiles. Pero deja mal cuerpo. Muy mal cuerpo. Y esa sensación, a los que nos gusta sufrir como gorrinos, nos satisface plenamente. Vaya si no. Sobre todo si lo que nos lo provoca está rodado con ritmo, con nervio, con vigor. Con mala leche, vaya. Algo que Miguel Ángel Vivas consigue merced a un estilo casi documental combinado —muy oportunamente, a mi juicio— con algunas secuencias a doble pantalla que, si bien le restan algo de inteligibilidad a lo que está sucediendo, le otorgan, asimismo, una fuerza y una tensión absolutamente inusitadas.

Siete angustiosas estrellitas, pues, para una peli que no concede ni un solo respiro, que pone de los nervios que te cagas y que —sin lugar a dudas— te dejará un mal cuerpo que ni te cuento... ¿Te la vas a perder?