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España España · Madrid
Voto de OsitoF:
4
Drama Elizabeth Sloane (Jessica Chastain) es una implacable y ambiciosa lobbista que intenta que fructifique una legislación a favor del control de armas en Washington DC. Para ello intentará usar todos los recursos a su alcance. En las altas esferas del mundo político y empresarial Sloane tiene una reputación formidable. Conocida por su astucia y sus éxitos sin parangón, siempre ha hecho lo que fuera necesario para ganar. Pero cuando se ... [+]
15 de marzo de 2023
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
“El caso Sloane” arranca bien o, por lo menos, de la forma en la que arrancan las pelis que a mí me gustan: una vista en el Senado en la que alguien no deja de acogerse a la Quinta Enmienda para no incriminarse al declarar, que promete llevarnos a ese inframundo de lobbies, tecnicismos legales y políticos de carrera en el que la democracia se desarrolla en forma de leyes. Además, si no te has leído las ficha técnica, mucho de la construcción de las escenas, de la escritura de los personajes, de los diálogos llenos de ágiles réplicas y electrizantes contrarréplicas y de la estructuración del argumento trae a la mente a Aaron Sorkin en un guion que, aparentemente, tiene sus huellas por todas partes. De hecho, hay por lo menos un par de secuencias (quizá hasta tres y más de un diálogo, también) que están más que inspirado en la mítica “El Ala Oeste de la Casa Blanca” que levantan alarmas. Pero también es verdad que con buen pijo, bien se jode y que el resultado compensa la falta de originalidad: vamos, que lo triste hubiese sido plagiar a Terence Mallick o a Leon de Aranoa.

En principio, la película juega muy acertadamente sus cartas. Construye un personaje muy atractivo alrededor de Jessica Chastain con una mezcla de cinismo, brillantez y principios y lo embarca en una quijotesca lucha contra los poderosos y la injusticia. Como una especie de “Caballero sin espada” con un lado oscuro. Si a ese equilibrio inicial del personaje le sumamos un retrato político basado en el oportunismo, el egoísmo y el instinto por conservar el poder en un Washington de lujosas fiestas y despachos de abogados caros, la película no puede dejar de captar la atención.

Y, de hecho, la mantiene en lo que se refiere a revelar cómo se articulan internamente los mecanismos a través de los cuales se elaboran y vetan leyes o de qué depende que tal o cual representante emita un voto que muchas veces no está alineado con su partido. Su valor divulgativo no decae en todo el metraje. Donde “El caso Sloane” pierde primero fuelle, luego interés y, finalmente, todo atisbo de credibilidad es en el personaje principal que se desequilibra rápidamente y pasa a ser tan absolutamente perfecto en lo profesional como miserable en lo personal, en un fallido intento de hacer creíble que alguien elabore exitosas estrategias de veinticinco pasos a dos años vista (invulnerables a las acciones en contra de tus adversarios) porque, a cambio, nadie la ajunta en clase. ¿Se supone que como hay un empate en ambos aspectos, me tengo que creer esos imposibles giros y esas sorpresas espectaculares? Hummm… va a ser que no. Una cosa no lleva a la otra. Seguramente cuaje entre mentes impresionables o espectadores que solo busquen espectáculo, que se dejen seducir por tecnopatochadas, palabrería legal sin pies ni cabeza, testigos de última hora o zascas precocinados, pero no tiene recorrido si buscas algo mínimamente serio.

Madden en la dirección, Chastain en la ejecución y Perera en la copia de Sorkin nos ofrecen una gran y atractiva mentira, pero no es lo que, por lo menos yo, buscaba. Y, ah, Madden, por cierto, el BOUM final, además de infantil como para bajar dos puntos la película, se ve venir. Listo, que sois unos listos tú y Perera.
OsitoF
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