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España España · Madrid
Voto de OsitoF:
8
Thriller. Drama Biopic sobre el matemático británico Alan Turing, famoso por haber descifrado los códigos secretos nazis contenidos en la máquina Enigma, lo cual determinó el devenir de la II Guerra Mundial (1939-1945) en favor de los Aliados. Lejos de ser admirado como un héroe, Turing fue acusado y juzgado por su condición de homosexual en 1952. (FILMAFFINITY)
19 de enero de 2023
1 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
No soy muy de hacerme fotos, ni siquiera los obligados selfies cuando viajas. Aparte de que tengo la innata habilidad para dar siempre mi peor versión (ojos cerrados o bizcos, chepa y poses raras) en el momento del disparo, luego no suelo hacer caso a unas fotos que se acumulan en el móvil a la espera de una organización para la que nunca tengo tiempo. Y si ya es raro que salga en fotos de compañeros de viaje, tienen que concurrir una serie de circunstancias excepcionales para que yo pida hacerme una foto en tal o cual sitio: una situación particularmente emotiva o la visita a un sitio que me haga satisfacer alguna ilusión personal.

Una de esas situaciones ocurrió paseando por casualidad por un parque de Manchester cuando me encontré una estatua de Alan Touring sentado en un banco (en los Whitworth Gardens, por si a alguien le interesa) y sentí que necesitaba hacerme esa foto al lado de uno de esos genios a los que la historia no ha reconocido lo suficiente o, como en este caso, directamente mantiene ocultos por una mezcla de ignorancia y sectarismo. En la foto salgo horrible, como es normal, pero le tengo cariño y me alegré un montón con el estreno de una “The imitation game” que se puede considerar un comienzo para devolver su figura al sitio que se merece.

Formalmente, la película está tan bien hecha como el noventa y nueve por ciento de las películas de época británicas, su ambientación nos lleva al Londres de la Segunda Guerra Mundial y recrea con estudiado equilibrio entre la divulgación y el entretenimiento el reclutamiento de Touring por los Servicios de Inteligencia ingleses y su participación en el desarrollo de un sistema que permitiera decodificar los mensajes en clave interceptados por el ejército alemán, supuestamente impenetrables gracias al encriptador Enigma. Aunque hay numerosas producciones (cinematográficas, literarias o videojuegos) sobre Enigma, la gran mayoría abordan el tema con un punto de espectáculo de acción, generalmente sin rigor alguno, en el que soldados, comandos o espías se enfrentan a la Wehrmacht para obtener una máquina sobre la que hacer luego simple ingeniería inversa. Curiosamente esa historia simplista es la que ha calado y es la versión oficial que todos tenemos en mente cuando leemos (los que lean) sobre la importancia que la decodificación de las comunicaciones alemanas tuvo en el desarrollo de la WWII. Realmente, obtener una máquina encriptadora fue la parte fácil de un proceso que se articuló en base a tres patas: conseguir una Enigma, desarrollar una teoría matemática para entender su funcionamiento (hay otra película sobre eso que creo que habla de unos polacos que lo consiguieron) y buscar la forma de aplicar los métodos de desencriptado con la suficiente rapidez como para aplicarlos a cientos de comunicaciones diarias y que se adaptara a los cambios en el código que los alemanes realizaban cada veinticuatro horas.

“The imitation game” merecería la pena sólo para ver en todo su esplendor la máquina decodificadora que ideó y creó Touring y hacernos una idea de lo privilegiada que era su mente y lo revolucionario de su pensamiento. De cómo entendió que el problema no tenía solución con herramientas tradicionales y desarrolló nuevas vías matemáticas y mecánicas. También logra poner en valor la importancia de un logro al que poca gente suele prestar atención, porque se tiende a prestar atención y valorar de un modo generalista las acciones más vistosas y renombradas como el Desembarco de Normandía o la Batalla de Inglaterra sin entrar en detalles. Pero es cuando entras en el grano fino cuando te das cuenta de la cantidad de batallas que estuvieron en el filo y se decidieron por pequeñeces como el hundimiento de un barco de aprovisionamiento o saber por dónde se iba a producir el contraataque alemán, cuando entiendes la dimensión que tuvo la máquina de Touring.

Bien hecha y con un reparto muy atractivo, todos en la película ponen el foco en unos hechos que atrapan por sí mismos y respeta las reglas del formato cine para contarlas con ritmo, emocionar y encontrar, a ratos, hueco algún momento divertido. Es verdad que por momentos se queda corta y pide profundizar en varios puntos de las tramas, pero el metraje es el que hay y la priorización que establece a tanto que contar parece la más sensata. En otro orden de cosas, también saca los colores al puritanismo de la sociedad de postguerra que olvidó a su héroe (no sólo aquí cocemos habas) y lo condenó a una vida de paria por su orientación sexual. Y aquí estallo si no suelto una duda que me corroe: ¿Por qué en un momento audiovisual en el que nada se hace sin su análisis de perspectiva LGTBI y todas las series y películas tienen sus cuotas de diversidad que obligan a retorcer argumentos y llenar los guiones de personajes innecesarios, no se dejan de inventar mierdas y reivindican figuras REALES, como la de Touring, que no necesitan adornos ni interpretaciones? En fin, conformemonos con lo que hay y dejémoslo en que es de esas películas que hay que ver.
OsitoF
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