Después del éxito de la primera Alien, los estudio Fox querían seguir sacando partido a las aventuras del bicho galáctico. Con Ridley Scott haciendo otras cosas y con el interés de James Cameron por hacer una segunda entrega, ya que era muy fan de la primera parte, se ideó una nueva historia con guión del propio Cameron. Fox no tenía claro que fuese el director idóneo para la saga, pero el triunfo de Terminator animó a la productora a apostar por James, dando así luz verde a Aliens, el regreso. Estará a la altura de lo que fue la primera parte del filme.

El elemento nuevo que contiene esta aventura es, aparte de tener un buen número de aliens, una historia de amor que en ningún momento se nos hace empalagosa. De hecho es bastante ligera y, casi diría, sutil; los personajes estereotipados casan bastante bien con el tipo de película que es y, por último, el efectismo que busca consigue hacerlo efectivo, valga la redundancia. Con un gran montaje y una acertadísima puesta en escena, Cameron nos regala casi dos horas y media de diversión a todos los niveles. Si bien es cierto que no alcanza el nivel de la original, también lo es que es muy complicado y que Cameron, dando un giro bastante grande, consigue contentar a todos en una película que es casi tan mítica como la anterior.

Sigourney Weaver vuelve a estar fantástica. Parece mentira que hubiesen pasado siete años, porque la actriz sigue tan metida en el personaje como en la primera Alien. Rodeada, de nuevo, por unos buenos secundarios, entre los que destaca Lance Henriksen (ya dije hace poco en una crítica que no sé cómo puede haber acabado haciendo serie B/Z). Michael Biehn, con quien Cameron había trabajado en la primera parte de Terminator, está más que correcto, aunque su papel es más irrelevante de lo que pueda parecer por sus minutos en pantalla. El punto negativo en la interpretación lo pone Jenette Goldstein. Vale que su personaje sea posiblemente el más plano de todos, pero es que la chica lo hace verdaderamente mal. Sobreactúa hasta decir basta y dan ganas de que un alien le arranque la cabeza desde la primera vez que sale en pantalla (aunque cierto es que sus frases poco ayudan).

En resumen, Aliens: el regreso, se queda lejos de la primera parte de la saga pero otorga un buen entretenimiento durante dos horas y media de visionado. Luego llegó Fincher y Jean Pierre-Jeanuet a destrozar todo. Pero eso es otra historia.