La racha que llevaba Álex de la Iglesia los últimos años, era cuanto menos, irregular: "Los crímenes de Oxford", una obra impersonal; "Balada triste de Trompeta", fallida; y "La chispa de la vida", un decente entretenimiento. Sus fans ansiábamos la vuelta al humor gamberro gore y, por fin, el auténtico Alex of the Church ha vuelto.

Las brujas de Zugarramundi recuerda mucho a "Abierto hasta el amanecer", y es que tenemos un comienzo muy parecido. Dos atracadores huyen de la policía y se ven envueltos en una trama paranormal, sustituyendo a los vampiros por brujas. La película no deja respiro en sus casi dos horas, muy bien rodada (sobre todo en sus escenas de persecuciones) y aunque se tome alguna licencia y el final se pase un poco de rosca, el filme recuerda al mejor De la Iglesia.

Mención aparte tienen los actores, todos ellos. Hugo Silva y, en especial, Mario Casas demuestran que son más que una cara bonita en el mundo del cine y nos ofrecen una interpretación fresquísima. Jaime Ordoñez se convierte en la revelación del filme demostrando que no es sólo un mero secundario. Actores habituales De la Iglesia como Carmen Maura, Terele Pávez, Enrique Villén, Manuel Tallafe (genial su hombre de Badajoz) y los gloriosos cameos de Santiago Segura y Carlos Areces hacen de la película un delicia interpretativa. Mención aparte tiene Carolina Bang, que vuelve a demostrar que está ahí porque se beneficia al señor Alejandrito.


Gamberra, salvaje, transgresora. Con un banda sonora de lujo y con un temazo final de Fermín Muguruza, "Las brujas de Zugarramundi" se convierte para un servidor en la mejor película española de 2013... Quizás si los señores académicos arriesgaran un poco más y viesen la repercusión que tiene el señor De la Iglesia fuera de nuestras fronteras hubiesen llevado esta película a representaros a los Oscars...Pero bueno: la culpa es de la piratería, ¿no?