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Voto de Charles:
8
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Ciencia ficción. Thriller
Tres amigos encuentran una misteriosa máquina que toma fotografías de lo que sucederá 24 horas después, y los chicos decidirán usarlo para hacerse ricos ganando apuestas. Sin embargo, pronto llegarán los problemas cuando molesten a la gente indebida, y la máquina empezará a vaticinar un futuro inmediato peligroso... (FILMAFFINITY)
17 de agosto de 2017
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Complicado hablar de esta película sin poner boca arriba todas sus cartas.
Digamos que 'Time Lapse' se encierra en un solo escenario, pero tiene el suficiente tino como para que dicho escenario baraje infinitas posibilidades, todas a contrarreloj y con resultados inciertos, de los que dependen otras tantas posibilidades.
La entropía originada parece no tener fin y podrías correr el riesgo de perderte en sus curiosas ramificaciones, pero afortunadamente el trío protagonista evita que suceda porque bajan el concepto a lo mundano: Callie, Finn y Jasper son tres jóvenes con los habituales problemas de pareja, dinero y estudios, que sin embargo encuentran la oportunidad de solucionar todo eso, sin grandes sacrificios ni preocupantes consecuencias, tan solo tomándose una foto cada día.
Pero joder, quién habría dicho que tomarse una foto concreta cada día podría llegar a ser tan difícil.
Como en todos los buenos cuentos morales de ciencia ficción, esta historia juega con la posibilidad de conseguir lo bueno cuando se quiere y de la manera que se quiere.
Pero, donde habitualmente la ciencia ficción opta por castigar a sus Ícaros particulares con un sacrificio extremo de última hora o un castigo ejemplar permanente, aquí no hay nada de eso... solo un tributo que cobrar periódicamente, más allá del cual hay libertad absoluta para disfrutar.
La cosa es que puedes llegar a plantearte si cumples las normas para vivir o vives para cumplir las normas... y en esa grieta de duda habita la voluble naturaleza humana, tan pendiente de sus propios triunfos o fracasos, tan cegada por la posibilidad de cambiar lo inmutable, que hasta las metas más humildes acaban convirtiéndose en descontrolados monstruos imposibles de controlar.
O con tantas variables de control que escapan a nuestro ídem.
Jasper, Finn y Callie se toparon con la posibilidad de que hubiera una posibilidad.
Y nadie puede culparles de perseguirla, aunque la serpiente que corre tras su cola se acaba devorando a si misma.
Digamos que 'Time Lapse' se encierra en un solo escenario, pero tiene el suficiente tino como para que dicho escenario baraje infinitas posibilidades, todas a contrarreloj y con resultados inciertos, de los que dependen otras tantas posibilidades.
La entropía originada parece no tener fin y podrías correr el riesgo de perderte en sus curiosas ramificaciones, pero afortunadamente el trío protagonista evita que suceda porque bajan el concepto a lo mundano: Callie, Finn y Jasper son tres jóvenes con los habituales problemas de pareja, dinero y estudios, que sin embargo encuentran la oportunidad de solucionar todo eso, sin grandes sacrificios ni preocupantes consecuencias, tan solo tomándose una foto cada día.
Pero joder, quién habría dicho que tomarse una foto concreta cada día podría llegar a ser tan difícil.
Como en todos los buenos cuentos morales de ciencia ficción, esta historia juega con la posibilidad de conseguir lo bueno cuando se quiere y de la manera que se quiere.
Pero, donde habitualmente la ciencia ficción opta por castigar a sus Ícaros particulares con un sacrificio extremo de última hora o un castigo ejemplar permanente, aquí no hay nada de eso... solo un tributo que cobrar periódicamente, más allá del cual hay libertad absoluta para disfrutar.
La cosa es que puedes llegar a plantearte si cumples las normas para vivir o vives para cumplir las normas... y en esa grieta de duda habita la voluble naturaleza humana, tan pendiente de sus propios triunfos o fracasos, tan cegada por la posibilidad de cambiar lo inmutable, que hasta las metas más humildes acaban convirtiéndose en descontrolados monstruos imposibles de controlar.
O con tantas variables de control que escapan a nuestro ídem.
Jasper, Finn y Callie se toparon con la posibilidad de que hubiera una posibilidad.
Y nadie puede culparles de perseguirla, aunque la serpiente que corre tras su cola se acaba devorando a si misma.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
Ver todo
spoiler:
La idea central es una pasada: una máquina misteriosa a una ventana pegada, guardián silencioso de un tiempo ya escrito, sacando fotos del día antes de cuándo las captura.
Porque cuanto más simple la idea, y más deseosos sus protagonistas, mejor funciona la ciencia ficción.
La siguiente foto de cada nuevo día acaba siendo una inquietante premonición que debe cumplirse cada noche, a riesgo de acabar como el pobre vecino del sótano, fulminado (todavía de traje), por jugar con el futuro.
Y claro, si tan solo hay que cumplir eso para ganar dinero por apuestas deportivas bienvenido sea el problema, con el que hasta Finn puede plagiar sus propios cuadros sin temor al bloqueo creativo.
Pero a cada nuevo disparo de la máquina, a cada nueva disposición prefabricada... asoma la pregunta de cuán prisioneros son, corriendo en una rueda perfecta, que les dice hacia dónde ir, cómo pintar o qué emociones tener, rompiendo su aparente libre albedrío.
Sin embargo, sorpresa, la puerta de la jaula siempre estuvo abierta, y aquel pobre diablo del sótano murió en un accidente fortuito, como fortuitas eran las situaciones que la cámara sacaba, aunque sus protagonistas se empeñaran en crearlas.
Al final, los tres solo estaban presos de sus propias expectativas, deseos y manías, que les hacían seguir pidiendo otro deseo al genio de la lámpara, aunque a cada uno el genio dijera "al siguiente, te mataré".
No sorprende que les acabe matando.
Pero sí que, ante todas las posibilidades posibles, Callie eligiera una en la que tuviera que matar a su amante y su novio, solo para poder tener la vida que... ¿deseaba?
Da qué pensar.
Porque cuanto más simple la idea, y más deseosos sus protagonistas, mejor funciona la ciencia ficción.
La siguiente foto de cada nuevo día acaba siendo una inquietante premonición que debe cumplirse cada noche, a riesgo de acabar como el pobre vecino del sótano, fulminado (todavía de traje), por jugar con el futuro.
Y claro, si tan solo hay que cumplir eso para ganar dinero por apuestas deportivas bienvenido sea el problema, con el que hasta Finn puede plagiar sus propios cuadros sin temor al bloqueo creativo.
Pero a cada nuevo disparo de la máquina, a cada nueva disposición prefabricada... asoma la pregunta de cuán prisioneros son, corriendo en una rueda perfecta, que les dice hacia dónde ir, cómo pintar o qué emociones tener, rompiendo su aparente libre albedrío.
Sin embargo, sorpresa, la puerta de la jaula siempre estuvo abierta, y aquel pobre diablo del sótano murió en un accidente fortuito, como fortuitas eran las situaciones que la cámara sacaba, aunque sus protagonistas se empeñaran en crearlas.
Al final, los tres solo estaban presos de sus propias expectativas, deseos y manías, que les hacían seguir pidiendo otro deseo al genio de la lámpara, aunque a cada uno el genio dijera "al siguiente, te mataré".
No sorprende que les acabe matando.
Pero sí que, ante todas las posibilidades posibles, Callie eligiera una en la que tuviera que matar a su amante y su novio, solo para poder tener la vida que... ¿deseaba?
Da qué pensar.