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España España · Madrid
Voto de Charles:
6
Ciencia ficción. Terror. Acción. Thriller En el año 2019, a causa de una plaga, los vampiros se han adueñado del mundo. La caza de seres humanos para alimentarse de su sangre pondrá a la humanidad al borde de la extinción; pero un grupo compuesto de hombres y vampiros decide luchar para salvar a los pocos supervivientes de la raza humana y también para hallar otra forma de alimentarse y sobrevivir. (FILMAFFINITY)
2 de noviembre de 2015
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Hombres y mujeres, personas, se levantan cada mañana, como de costumbre.
Deciden su ropa para el día, preparan su aseado diario, salen a una calle de noche y cogen el metro para llegar a su trabajo, parándose para encargar el café en un puesto del camino.
Extrañeza ninguna, y a la vez toda si tenemos en cuenta el deseo de esas personas por la sangre humana.

'Daybreakers', en si misma, es un guiño irónico tan grande como ese.
Un relato, una fábula si se quiere, de una sociedad que vive en la utopía del vampirismo, pero que a la vez está condenada por ella. Porque con la necesidad de sangre humana, y la carencia de humanos, vienen todos los problemas.
En esa situación, un biólogo llamado Edward busca una cura para la raza humana, una solución para sus superiores después. Un centro del relato tan efectivo como poco dado a alardes, al que Ethan Hawke da gravedad en todo momento (magnífico actor).

En el fondo, no deja de ser, como todo buen cine de terror o ciencia ficción, una nada sutil sátira de este mundo al que ya tenemos agotado y exprimido.
Los problemas de la comunidad vampírica no dejan de ser los de una sociedad fuera de la pantalla que esquilma su planeta de recursos naturales, de igual manera que nadie niega que el afecto de un padre a una hija puede estar condicionado por su condición sexual de igual manera que por su querencia de sangre. No por obvio, resulta menos interesante cuando el espectador echa una mirada fuera de la pantalla.
Si su pecado es quedarse solo en esa superficie se la podría perdonar, porque no deja de ser una alegoría completamente acertada.

Las persecuciones y la acción, los pequeños momentos como esos empleados vampiros de la cafetería sucumbiendo a sus deseos, sus detalles que se apuntan y nunca se explican, el carisma de Willem Dafoe, y todos esos hallazgos visuales, todo eso, viene de regalo.
Tan placenteros como encontrárselos en un cómic europeo sobre una distopía.
Charles
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