Los peores tics del drama académico, aquí están todos.
Pero qué tics, oiga.
Si están flanqueados por Stephen Fry, Michael Sheen y Jude Law, que me los den todos.

Aunque luego, entre escenas excelsamente actuadas, que se basaran en otros tantos períodos de vida pulcramente recreados... una amargura, una obsesión.
El creciente pensamiento sobre la cabeza de Oscar Wilde de que quizá prefiere otro modo de vida, y el que prefiere no es el que le permitirá vivir la espantosa mayoría con la que tanto se divierte, y tanto aprecia en pequeñas partes.
Un vértigo indescriptible, el de tener que cambiar tu vida.

Tratado, sin embargo, con la mayor sensibilidad posible, con Fry acompañando palabras destiladas en amor, dolor y experiencia.
Hay peores formas de buscarle un corazón a una biografía mucho más que correcta