Una épica que narra a ese Shakespeare que todos conocemos y le añade una producción asombrosa.

Si un relato de venganza (repetitivo y aburrido) es dirigido por las productoras y no por una persona, podría haberse dado que The Northman fuera otro producto más sin personalidad. No es el caso: los 90 millones de presupuesto no han impedido que Eggers introduzca todos los elementos necesarios para dotar a esta película de una personalidad arrolladora.

Que en taquilla no esté funcionando tan bien se debe a que la personalidad de Eggers es oscura, compleja, onírica y perturbadora. A mí eso me encanta, pero el boca a boca en la mayoría de gente hará que pase por ser una película "rara". Aquí no hay uno para todos, sino que todos trabajan para uno. Esta vez, paradójicamente, lo agradezco.

Me alegra muchísimo que el autor de "El faro" siga siendo un autor y no una marioneta. Pese a que la trama no es de mi agrado, me encantó ver los planos imposibles y las escenas tan teatrales. Disfruté con la violencia bien producida y, durante un buen rato, me olvidé de si eran vikingos o elfos para fijarme en todos los detalles de las luces.