Si es que desde que te vi por primera vez me volví loco (st. Elmo, punto de encuento, 1985): hermosa, original, radiante, tierna, cachonda, lista... y de repente desnuda, algo operada según parece, y en la peor película de todos los tiempos, si se tiene en cuenta su ambición moralizante más bien estúpida... con sexo palpitante a toda marcha... que luego ni es esto ni aquello otro...

No te has recuperado mucho de este bodriazo infame... Rara es la película redonda en que te luzcas, pero yo te tengo mucha fe, ahora que estás madurita me gustas de otra manera, me pones a cien, y al que quiera verte actuar de verdad como actriz como la copa de un pino, le digo que vea en dvd un especial de historias cortas hechas para televisión en el que interpretas magistralmente a un personaje femenino que sufre una de las mayores catástrofes propias de tu sexo cuando es humillado por la sociedad. La peli esa se llama: Si las paredes hablasen y está muy bien, pero el corto de Demi es mucho Moore.

Pero no hace falta. Siempre voy corriendo a ver tus estrenos y si me da la vena desesperada no dudo un instante y vuelvo a aquella adicción a la Teniente que sudaba tanto y se revolcaba tanto y barría a cuanto idiota se cruzaba en su camino.

Aún no has hecho nada para el talento que te adivino y me seguirás colocando más allá del tiempo y las limitaciones físicas, bastará con que cruces las piernas de seda, como Marlene que con más de 80 seguía teniendo las piernas más hermosas del mundo.