Visualmente es bonita. Pero nada más. No consiguió emocionarme ni hacer que siguiera lo más mínimo un argumento que, tratado de otra forma, podría tener mejor resultado. Lo primero porque no es una película bien estructurada. Los saltos en el tiempo rompen el poco ritmo que tiene la cinta. Y lo segundo por la falta de unas interpretaciones creíbles de los personajes. Salvando un poco a Macarena García, el resto son o malos o muy malos. Una Adriana Ugarte anodina y un Mario Casas a quien la pantalla grande le queda, precisamente, grande. Añadir que su postura física durante toda la película es incómoda anatómicamente, como si le sobraran 15 centímetros de cada brazo. El resto de actores y actrices, sin nada que remarcar, para bien o para mal.
Sí, mucha imagen preciosista, mucha pretensión épica. Pero hasta ahí. Intención mucha, resultado poco. Cine comercialote patrocinado por un gran grupo televisivo que probablemente habría sacado mejor nota si hubiera realizado una serie como hicieron con "El tiempo entre costuras" y la propia Adriana Ugarte.