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Voto de alexsespinar:
6
Thriller Después de que el robo chapucero de un banco acabe con su hermano pequeño en prisión, Constantine Nikas (Robert Pattinson) se embarca en una odisea a través del mundo subterráneo de la ciudad en un intento, tan desesperado como peligroso, por conseguir el dinero de la fianza para poder sacar a su hermano de la cárcel. (FILMAFFINITY)
21 de mayo de 2020
7 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
Los hermanos Ben y Joshua Safdie nos sumergen en un thriller policiaco decadente y delirante, que transcurre en el lapso de una sola noche en la ciudad que nunca duerme. En ‘Good Time’ conoceremos la cara opuesta, oscura y marginal de los suburbios de Nueva York donde, todo hay que decirlo, no coge por sorpresa a los Safdie, pues ya tuvieron una experiencia similar en 2014 con ‘Heaven Knows What’.

El argumento es bastante sencillo; dos hermanos, uno de ellos, el menor con problemas mentales, atracan un banco hasta que la cosa se tuerce, siendo el más débil, Nick (Ben Safdie), el que queda arrestado por la policía y Connie (Robert Pattinson) el que consigue escapar. La unión fraternal que tienen en común los dos hermanos llevará a Connie (Robert Pattinson) a hacer lo imposible por sacar a su hermano menor de entre rejas. Eso se traduce, entre muchas cosas, en tener que recurrir a un judio que le intentará sacar una gran suma de dinero para pagar la fianza o recorrer la incierta noche neoyorquina, adentrándose por barrios marginales en busca de soluciones alternativas, en una carrera contrarreloj atravesando los límites de la legalidad.
El amor y la admiración de Connie por su hermano deficiente quedará plasmado a lo largo del film en esa frenética odisea y al que también hay que añadirle una sobresaliente interpretación de Robert Pattinson que, a la postre, le llevó a una merecida nominación en los premios Oscar. Veremos a un hermano preocupado, histérico por encontrar una solución precipitada, asumiendo ese rol y ese grado de responsabilidad pero a la vez denotando una irresponsabilidad preocupante debido al estilo de vida que ambos llevaban. Dicho conflicto moral es el que traerá a Connie por el camino de la amargura.

Gran parte del éxito interpretativo reside en una dirección y guión excelentes gracias al buen hacer de los hermanos Safdie, que dotan al filme de un mayor grado de sensibilidad a una trama, a priori, rebosante de acción caótica consiguiendo así el poder involucrarte dentro de la historia desde el comienzo, sin ensalzar la figura de un delincuente ni intentar rendirle tributo, donde el fin, ni muchos menos, justifica los medios pero que en definitiva, terminas empatizando por la causa, que es la del reencuentro entre ambos y el estrecho vínculo fraternal que les une y que veremos reflejado explícitamente en una primera escena muy sensible, donde nos daremos cuenta del problema cognitivo que padece Nick, el hermano menor.

La realización también es destacable, con un metraje de una hora y media y sabiendo que todo transcurre en una noche, la acción queda muy presente tanto al principio como al final, siendo la zona media de la película la parte más tranquila e irregular. En dicha zona intermedia, conoceremos a Connie un poco más de cerca así como a otros actores secundarios que aparecerán a lo largo de su camino, todos sobrepasando el ámbito de lo ilegal por distintas razones pero que ineludiblemente marcarán el devenir de éste. Por lo tanto, considero que la duración es la correcta, sin llegar a ser cargante, ya que el argumento tampoco da para mucho más.

La fotografía a cargo de Sean Price Williams es muy buena. Pese a que mayoritariamente estamos hablando de escenas nocturnas, veremos las calles iluminadas bajo luces de neón en un ambiente marginal y depresivo, alternadas por otras un tanto más frías, blanquecinas e intermitentes, todas ellas provistas con algo de grano o ruido, dándole un toque más vintage u ochentero como por ejemplo las escenas en el interior del hospital o las de la cárcel para después cambiar radicalmente hacia otras muchísimo más coloridas e hipnóticamente contrastadas como el cameo psicodélico que tiene lugar en el parque de atracciones.

Otro punto positivo —el más destacado diría yo junto a la interpretación de Pattinson— es la banda sonora, que se adhiere perfectamente a la trama gracias al gran trabajo de Oneohtrix Point Never, donde escucharemos piezas y acordes energéticos que presumen ser entre electrónicos y cyber punk ochenteros y donde según en qué momentos, (atracos, persecuciones, peleas, etc) irán adquiriendo mayor presencia gracias a un juego de ritmos y de volumen muy acertados. Éstas, añadirán más tensión a una trama que reclama una atención permanente por parte del espectador. No en vano y gracias al buen trabajo realizado por parte de OPN, esta producción musical les llevó a ser premiados en el festival de Cannes y nominados a la Palma de Oro.

Estamos por lo tanto ante un thriller entretenido que posee un leve aroma a cine noir e independientemente, bien ejecutado y fácil de digerir gracias a sus 98 minutos de duración, con una muy buena banda sonora y una mejor interpretación por parte de un sobresaliente Robert Pattinson, donde advertiremos lo versátil que puede llegar a ser más allá de la etiqueta que permanentemente se le atribuye y que a su vez desemboca en el encasillamiento e infravaloración al que injustamente se ve sometido por la crítica.
Una película que le ha servido como trampolín para ascender, para redimirse y para lanzar un serio aviso a sus detractores: Aquí hay actor para rato, no solo un vampiro adolescente.
Todo eso no quita que, en mi opinión, el cómputo global sea bueno y original, pero hasta ahí, sin más y sin llegar a catalogarla, como dicen, de obra maestra.
alexsespinar
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