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Voto de i42poloj:
5
2017
Brian Yorkey (Creador), Tom McCarthy ...
6,7
23 958
Serie de TV. Drama. Intriga
Serie de TV (2017-2020). 4 temporadas. 49 episodios. El adolescente Clay Jensen (Dylan Minnette) vuelve un día a casa después del colegio y encuentra una misteriosa caja con su nombre. Dentro descubre una cinta grabada por Hannah Baker (Katherine Langford), una compañera de clase por la que sentía algo especial y que se suicidó tan solo dos semanas atrás. En la cinta, Hannah cuenta que hay trece razones por las que ha decidido quitarse ... [+]
16 de mayo de 2017
0 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Crítica escrita tras terminar de ver la primera temporada completa.
Esta ficción televisiva ha sido un gran éxito de Netflix y se ha hablado mucho de ella en internet, con polémicas incluidas, así que había que verla para comprobar si era para tanto.
Sobre el escabroso tema que trata, en un principio no creo que lo haga demasiado frívolamente ni mucho menos que incite a los jóvenes a hacer lo mismo que hizo Hannah.
Los actores no parecen adolescentes porque tienen algunos años más. Esto es un fallo típico cuando se hacen películas con esa ambientación. Es difícil hacer un “casting” tan joven y que también tengan experiencia interpretativa, así que al final siempre son actores más cerca de los 20 años que de la edad que deberían tener.
Creo que en la primera parte de la temporada, Dylan Minnette está siempre demasiado serio e impasible. Es normal que su personaje esté hecho polvo como todos los demás, pero no sé, es que le veía pocos registros actorales a este chico en esa primera mitad. Solo en muy contadas ocasiones llega a expresar sus verdaderos sentimientos y pensamientos. Por suerte, en la segunda mitad, cuando ya no le queda más remedio que enfadarse de verdad, el actor da mucho más de sí, ofreciendo una actuación más que decente.
Catherine Langford me ha gustado aún más en el papel de Hannah, como chica sufridora que narra en cintas su calvario en el instituto.
El planteamiento de la historia es muy triste, pero gracias a los continuos “flashbacks” no siempre el tono de la historia es negativo. Eso no quita que sea muy seria y dramática, sobre todo cuanto más nos acercamos al final de la temporada. No tiene nada de humor, lo cual es lógico y coherente con lo que nos están contando. Sí que tiene también cierto componente de suspense, al menos al principio cuando no sabemos claramente qué le ha llevado a tomar esa decisión, y qué pasaría entre Hannah y Clay.
El instituto aparece como un microcosmos, una versión reducida de la propia sociedad, que para algunos es un auténtico infierno.
Pienso que este problema siempre ha existido, pero es ahora cuando hay verdadera concienciación con las redes sociales, los medios y ahora con esta serie, que no olvidemos que está sacada de un libro. Pero a pesar de ser de instituto, está hecha para que pueda interesar a un público más extenso más allá de los jóvenes.
Está bien enfocado el tema de que la realidad no tiene solamente una cara o versión, sino que todo depende del punto de vista. Creo que uno de los temas centrales es que la verdad tiene mil facetas y no siempre hay que creer a pies juntillas lo que nos cuentan los demás.
Nos transmiten también claramente que un detalle que puede no tener importancia para unos, para otras personas puede ser algo muy gordo, y eso también es una gran verdad.
Otros interesantes temas son la fragilidad de la amistad en esas edades y la búsqueda de la aceptación social. También se trata la falta de privacidad en el mundo tecnológico actual.
Además, está presente el efecto mariposa. Pequeños incidentes que se encadenan y se acumulan, pueden terminar provocando terribles consecuencias al final.
Todos estos temas son tocados en la serie, además de contarnos la triste historia de Hannah.
Pero, con toda la parrafada que he soltado, y tras haber visto ya los 13 primeros episodios, la verdad es que no me ha parecido para tanto. La escasez de “cliffhangers” potentes, el hecho de que los capítulos duren cerca de una hora y se hagan un poco largos, así como la ausencia de grandes sorpresas o golpes de impacto en la mayoría de las ocasiones, terminan convirtiéndola para mí en una serie que me ha sabido a poco, dado el listón y la calidad que tenemos hoy en día en este mundillo.
Pero aunque subjetivamente a mí no me guste tanto, debe existir. El mundo no es de color de rosa y está muy bien que se muestre este tema para concienciar. Por otro lado, entiendo que al público más joven le pueda encantar la serie, al identificarse mucho más con ese mundillo de instituto.
Una cosa es que a mí no me parezca nada del otro mundo, y otra no reconocerle cierto mérito.
Por cierto, es muy curioso el detalle de la herida en la frente del protagonista. Así podemos saber perfectamente cuando es presente y cuando es pasado lo que estamos viendo.
Se ha anunciado segunda temporada, así que al final no va a ser por 13 razones, sino que será como mínimo por 26, digo yo.
Esta ficción televisiva ha sido un gran éxito de Netflix y se ha hablado mucho de ella en internet, con polémicas incluidas, así que había que verla para comprobar si era para tanto.
Sobre el escabroso tema que trata, en un principio no creo que lo haga demasiado frívolamente ni mucho menos que incite a los jóvenes a hacer lo mismo que hizo Hannah.
Los actores no parecen adolescentes porque tienen algunos años más. Esto es un fallo típico cuando se hacen películas con esa ambientación. Es difícil hacer un “casting” tan joven y que también tengan experiencia interpretativa, así que al final siempre son actores más cerca de los 20 años que de la edad que deberían tener.
Creo que en la primera parte de la temporada, Dylan Minnette está siempre demasiado serio e impasible. Es normal que su personaje esté hecho polvo como todos los demás, pero no sé, es que le veía pocos registros actorales a este chico en esa primera mitad. Solo en muy contadas ocasiones llega a expresar sus verdaderos sentimientos y pensamientos. Por suerte, en la segunda mitad, cuando ya no le queda más remedio que enfadarse de verdad, el actor da mucho más de sí, ofreciendo una actuación más que decente.
Catherine Langford me ha gustado aún más en el papel de Hannah, como chica sufridora que narra en cintas su calvario en el instituto.
El planteamiento de la historia es muy triste, pero gracias a los continuos “flashbacks” no siempre el tono de la historia es negativo. Eso no quita que sea muy seria y dramática, sobre todo cuanto más nos acercamos al final de la temporada. No tiene nada de humor, lo cual es lógico y coherente con lo que nos están contando. Sí que tiene también cierto componente de suspense, al menos al principio cuando no sabemos claramente qué le ha llevado a tomar esa decisión, y qué pasaría entre Hannah y Clay.
El instituto aparece como un microcosmos, una versión reducida de la propia sociedad, que para algunos es un auténtico infierno.
Pienso que este problema siempre ha existido, pero es ahora cuando hay verdadera concienciación con las redes sociales, los medios y ahora con esta serie, que no olvidemos que está sacada de un libro. Pero a pesar de ser de instituto, está hecha para que pueda interesar a un público más extenso más allá de los jóvenes.
Está bien enfocado el tema de que la realidad no tiene solamente una cara o versión, sino que todo depende del punto de vista. Creo que uno de los temas centrales es que la verdad tiene mil facetas y no siempre hay que creer a pies juntillas lo que nos cuentan los demás.
Nos transmiten también claramente que un detalle que puede no tener importancia para unos, para otras personas puede ser algo muy gordo, y eso también es una gran verdad.
Otros interesantes temas son la fragilidad de la amistad en esas edades y la búsqueda de la aceptación social. También se trata la falta de privacidad en el mundo tecnológico actual.
Además, está presente el efecto mariposa. Pequeños incidentes que se encadenan y se acumulan, pueden terminar provocando terribles consecuencias al final.
Todos estos temas son tocados en la serie, además de contarnos la triste historia de Hannah.
Pero, con toda la parrafada que he soltado, y tras haber visto ya los 13 primeros episodios, la verdad es que no me ha parecido para tanto. La escasez de “cliffhangers” potentes, el hecho de que los capítulos duren cerca de una hora y se hagan un poco largos, así como la ausencia de grandes sorpresas o golpes de impacto en la mayoría de las ocasiones, terminan convirtiéndola para mí en una serie que me ha sabido a poco, dado el listón y la calidad que tenemos hoy en día en este mundillo.
Pero aunque subjetivamente a mí no me guste tanto, debe existir. El mundo no es de color de rosa y está muy bien que se muestre este tema para concienciar. Por otro lado, entiendo que al público más joven le pueda encantar la serie, al identificarse mucho más con ese mundillo de instituto.
Una cosa es que a mí no me parezca nada del otro mundo, y otra no reconocerle cierto mérito.
Por cierto, es muy curioso el detalle de la herida en la frente del protagonista. Así podemos saber perfectamente cuando es presente y cuando es pasado lo que estamos viendo.
Se ha anunciado segunda temporada, así que al final no va a ser por 13 razones, sino que será como mínimo por 26, digo yo.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
Estaba equivocado. Durante los primeros 11 capítulos estaba todo el rato pensando que lo que padecía esta chica no era ni mucho menos para tanto. No podía dejar de recordar que Carrie White (la de Stephen King) hace más de 40 años sufrió bastante más que Hannah en esta serie.
Todo cambia cuando llegan los dos últimos episodios, que son muy intensos en su negatividad. Ahí todo cobra sentido, en esas dos fortísimas escenas. No sé si es más impactante la violación o el propio suicidio, y aunque los creadores de la serie no se han recreado morbosamente en ninguna de las dos secuencias, la verdad es que dan muy mal rollo.
Creo que eso se debe a que, aunque en el cine se han podido ver escenas muchísimo más violentas, aquí tenemos una cierta empatía con Hannah. La hemos conocido durante mucho tiempo y entendemos su dolor, así que ese desenlace impacta más en el espectador.
Todo cambia cuando llegan los dos últimos episodios, que son muy intensos en su negatividad. Ahí todo cobra sentido, en esas dos fortísimas escenas. No sé si es más impactante la violación o el propio suicidio, y aunque los creadores de la serie no se han recreado morbosamente en ninguna de las dos secuencias, la verdad es que dan muy mal rollo.
Creo que eso se debe a que, aunque en el cine se han podido ver escenas muchísimo más violentas, aquí tenemos una cierta empatía con Hannah. La hemos conocido durante mucho tiempo y entendemos su dolor, así que ese desenlace impacta más en el espectador.