La tercera temporada de "Channel zero" recrea una vez más una supuesta leyenda urbana, que personalmente no sé si ya existía o directamente se la han inventado para la ocasión.
Hay una escalera blanca con una puerta, que se aparece en medio de un bosque. Es algo muy estrambótico y surrealista, con lo que la temporada se parece más a la segunda que a la primera, por desgracia.
Por un lado, mantiene en general el estilo de la serie, con lo cual al principio pica la curiosidad por ver qué va a pasar.
Por otra parte, creo que esta vez se han excedido con el onirismo que recuerda a las rayadas de David Lynch y que me toca un poco (bastante) las narices.
Al menos se agradece que solo sean seis entregas, así no se pierde mucho el tiempo viéndola.
El ambiente es siniestro, aunque no da el más mínimo miedo. Lo único que da un poco de grima son esa especie de niños encapuchados y tal vez la representación de la esquizofrenia que quiere adueñarse de la mente de la protagonista.
Creo que a las actrices que hacen de estas hermanas solo las conocen en su casa a la hora de comer, pero no actúan nada mal. Eso sí, a veces sus personajes tienen un comportamiento un poco estúpido, como suele pasar en el género de terror. Van por donde a nadie se le ocurriría ir, o bien en ocasiones reaccionan poco creíblemente a las cosas más retorcidas que pasan ante sus ojos.
Como secundario sale el legendario Rutger Hauer, que aunque ha hecho un poco de todo, a veces se le puede encontrar en extrañezas como esta.
Como digo, la temporada es muy paranoica, con secuencias muy surrealistas que la echan a perder. Hay veces en que la ida de olla es tan grande que me han llegado a dar ganas de dejar de verla, aguantando hasta el final solo porque son pocos capítulos.
Por ejemplo, el bailecito que se marca el tipo de traje azul en el tercer episodio, o toda la rayada mental del cuarto capítulo. Aquí podemos ver un campo infinito donde se cultivan dedos humanos, un jardinero feo que propone adivinanzas y un banquete no apto para estómagos sensibles.
Otras veces, lo que podrían ser momentos inquietantes, se van de madre por una música que está muy fuera de lugar.
Además, no queda del todo explicado qué demonios pasa en este barrio del carnicero, como comento en la sección de “spoiler”.
No solo es la peor entrega de la serie hasta el momento, sino que esta vez ni siquiera me ha llegado a gustar. Como no mejore, me temo que dejaré de verla.
Y luego dicen que subir escaleras es bueno para la salud. En este caso, no creo que lo sea mucho para nuestras neuronas.