Un gran clásico imbuido en la mente colectiva del planeta.
Frases como "Me encanta el olor del napalm por la mañana" o la escena del bombardeo con la cabalgata de las valkirias, han quedado impresas en el libro de la historia del cine.
El gran Coppola realiza una epopeya en la guerra de Vietnam, en uno de los primeros acercamientos del cine al conflicto.
Ello sirve para desarrollar tanto momentos bélicos violentos como filosofía. El personaje atormentado de Martin Sheen, con su voz en off, nos va soltando muchas perlas en su descripción de la guerra. En su viaje iniciático tendrá que pararle los pies a un descomunal Marlon Brando, que hace de general loco que ha perdido el norte en medio de la jungla.
La producción es bestial y la fotografía excelente. Es la típica película que solo viendo sus primeros minutos escuchando a "The doors" ya se ve a las claras que es de las buenas y que no es un film cualquiera.
Los actores dan lo mejor de sí mismos en todos los aspectos.
Pero tiene una pega que no la hace perfecta. Es demasiado larga. En el montaje del director, que actualmente es el que hay publicado en el mercado doméstico, es excesivamente extenso. Le sobran escenas, cansa y se hace pesada, a pesar de su indiscutible calidad. Estoy seguro de que si fuera más corta, sería de esas que uno no se cansa de revisionar de vez en cuando.