La premisa parece que puede ser muy original pero en el fondo no es así. Muchos años antes ya existió un "Viaje alucinante" por el interior del cuerpo humano.
Obviamente, lo que pudiera perder esta película al compararla con la antigua, lo gana con creces en efectos especiales y emoción. Aunque tampocos es que sea un remake, simplemente usan la misma idea.
La recreación de los sistemas internos del cuerpo está realmente bien conseguida, aunque estemos hablando de un film previo a la revolución digital.
Pero además de efectos especiales, este "Innerspace" (bravo por la traducción) cuenta con el espíritu de buen rollo de los años 80 y cuenta con ese tono de comedia que tan bien sabían combinar en esa época con otros géneros, y no como ahora, que les sale fatal.
Los personajes son muy simpáticos y conectamos con ellos al instante. La película es entretenidísima y juega tanto con el protagonista en el módulo intravenoso como fuera con el personaje tímido, hipocondríaco y patoso dentro de quien está Dennis Quaid.
Una joven Meg Ryan une las dos tramas. Un derroche de imaginación, buen humor e incluso un poco de acción que mezcla todos sus ingredientes muy sabiamente.
Uno de esos grandes clásicos de los años 80 que siempre recordaremos los que vivimos esos tiempos como niños y aprendíamos a disfrutar del cine. Eso hace que la tenga un poco mitificada y me guste más de lo que merece tal vez, pero me da igual.