Para ser una película debut, es impresionante el pulso narrativo que John Singleton demostró en esta historia cotidiana de un mal barrio lleno de traficantes, drogadictos y ladrones en el que un padre trata de educar a su hijo por el buen camino y los valores humanos.
De hecho, las mejores partes son las escenas en las que Laurence Fishburne alecciona a Cuba Gooding jr sobre la vida. Incluye frases geniales como la siguiente (reproduzco de memoria y no es literal): "Cualquier idiota puede tener un hijo, pero solo unos pocos tienen lo que hay que tener para educarlo".
El drama de la delincuencia y violencia gratuita, contrasta con la esperanza de la buena gente que trata de vivir en paz estando rodeada de malos rollos.
Es una película que también tiene momentos de buen humor (conversaciones con Ice Cube, la escena en la que la madre de la chica casi les pilla haciendo el amor, etc.). Es muy cotidiana y creíble, pero al mismo tiempo los personajes, diálogos y situaciones son lo suficientemente interesantes como para mantenerte enganchado de principio a fin.
Además, el final es bastante impactante. Desde luego, nadie querría vivir en este barrio, a pesar de las buenas intenciones de algunos de sus vecinos.