Hay actores famosos muy prolíficos que, solo por eso, terminan teniendo una filmografía irregular y dejando de ser una garantía de calidad.
Hay ejemplos a patadas, pero Nicole Kidman sin duda es un caso de libro. Afortunadamente, con esta película se ha vuelto a ganar mi respeto cinéfilo con creces.
Para empezar, nada de explotar sus trucos de belleza o su cara bonita. Al igual que hizo Charlize Theron en "Monster", aquí Kidman aparece fea porque también lo requiere la historia. Su aspecto es una mezcla entre Sigourney Weaver y Mercedes Milá, con lo cual solo nos queda alabar su brutal interpretación, de mujer dura que está de vuelta de todo.
Dicho esto, es hora de valorar el argumento, ya que no siempre una buena actuación es suficiente para salvar el día.
"Destroyer" es cine negro que se desarrolla en ambientes sórdidos con muy mala gente. Es un drama serio y políticamente incorrecto de esos que te quitan la fe en la especie humana, y no muy apto para todo tipo de público.
Los saltos temporales nos muestran poco a poco por qué Erin es así. Su investigación policial no es tan interesante como debería. Pero los problemas familiares añadidos a la trama, dan lugar a escenas de muy buen cine.
Solo peca de ciertos momentos faltos de ritmo, pero sin duda en conjunto merece la pena verla.
¡Bravo por Nicole Kidman!