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España España · L'Olleria ( Valencia )
Voto de Grijander:
4
Thriller. Terror Basada en una historia de M. Night Shyamalan. Un día cualquiera, cinco personas, que no se conocen, se quedan atrapadas en un ascensor de un gran edificio de oficinas. Muy pronto comienzan a suceder cosas extrañas y, poco a poco, se dan cuenta de que uno de ellos no es quien dice ser: es el mismísimo Satanás.
26 de mayo de 2013
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
La trampa del mal es una película de terror mezclado con thriller y suspense que elige como decorado un reducido ascensor. Nacida de la mente de M. Nighy Shyamalan, tiene todo lo bueno y todo lo malo del controvertido cineasta.

John Ecik Dowdle, quien dirigiera poco antes ese "remake / copia exacta cambiando cosas a peor" de Rec titulado Quarantine, es el elegido por el hombre misterioso para dirigir su película. Y digo "su película" porque la mano del señor Shyamalan se nota a kilómetros de distancia. La historia es suya, aunque quien da forma al guion es Brian Nelson, que deja tantas incongruencias en el camino que consigue asustar más él con eso que el director con esos intentos de susto repentino que aparecen en la oscuridad del ascensor. Dowdle hace un buen trabajo con la ambientación y logra que se note en el ambiente la tensión que existe en la reducida estancia en la que se desarrolla gran parte de la película y, además, consigue un trabajo sobrio y muy eficaz, dando potencia al contenido gracias a un acertado pulso narrativo que por momentos da la sensación de pertenecer a una producción de mayor categoría.

En el ascensor se encuentran cinco personajes: Logan Marshall-Green carece de fuerza y, sobretodo al final (un final absolutamente Shyamalaniano, por cierto), muestra una preocupante falta de emoción; Bojana Novakovic estrena su segundo trabajo en Estados Unidos haciendo de nuevo cine de "terror", como sucedió en Arrástrame al infierno y puede que sea la mejor del reparto; Jenny O'Hara, veterana actriz de TV movies, deja patente aquí el motivo de haberse pasado gran parte de su vida en la pequeña pantalla; Bokeem Woodbine representa fielmente el espíritu entregado pero poco talentoso del cine de terror contemporáneo y, por último, tenemos a Geoffrey Arend, el de menor tiempo en pantalla y que no mejora demasiado al resto del reparto. Fuera del ascensor, el protagonista es un Chris Messina que no está demasiado afortunado.

Resumiendo, que es gerundio: La trampa del mal es puro Shyamalan. Desde el principio hasta el final. O mucho cambian las cosas, o Shyamalan conseguirá definitivamente pasar de ser "el tipo que hizo El sexto sentido y su gran final" a ser "el tipo que hizo un bombazo en taquilla y repitió fórmula sin parar... sin parar de cagarla". Sería injusto decir que la película es mala por su culpa, pero dudo mucho que el señor Night permitiese a Brian Nelson escribir un guion propio, y siendo ese el punto más débil de la película, da la impresión de que a Shyamalan le apetecía producirse una película pero tenía pocas ganas de trabajar. Y así le va.
Grijander
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