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España España · L'Olleria ( Valencia )
Voto de Grijander:
6
Comedia. Drama. Thriller En 1937, en plena guerra civil, tropas republicanas irrumpen en un circo, durante el espectáculo, con el objetivo de reclutar a sus empleados para luchar contra las tropas nacionales. Mucho tiempo después, en los últimos años del franquismo, dos payasos (Carlos Areces y Antonio de la Torre) luchan por el amor de una atractiva trapecista (Carolina Bang). (FILMAFFINITY)
9 de febrero de 2012
2 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Balada triste de trompeta fue una película que llegó a los cines tras haber levantado muchísima expectación y que producía el efecto de gustar muchísimo o no gustar nada a quienes salían de las salas. Cuentan que Tarantino (que presidió el jurado del Festival de Venecia) se levantaba durante su proyección para aplaudir constantemente. Quien sepa algo de Tarantino y haya visto la película, lo entenderá.

Álex de la Iglesia es un director que me encanta. Me gusta su forma de dirigir y me encantan sus guiones. Sin embargo, no todo el monte es orégano y, aquí, el director vasco arriesga con una historia que se basa simple y llanamente en la locura, un estado que va creciendo y apoderándose de la película al tiempo que ésta comienza a perder fuerza. Tras un arranque arrollador, en el que la presentación de los personajes se sirve de unos pocos minutos para darnos a conocer todo lo que necesitamos saber de ellos, Balada triste de trompeta comienza a decaer fruto de un sinsentido total que, si bien encuentra respaldo en el soberbio reparto, hay que decir que no se sostiene. El humor negro está presente constantemente y bien metido, pero tampoco eso garantiza que el espectador pueda ubicar la película ni consigue que el asombro de quien la ve no se vea convertido en una borrosa sensación de tomadura de pelo. Por otra parte, tanto el vestuario como los decorados y el maquillaje son de matrícula de honor. Gracias a esos tres puntazos, la película sigue dando la cara en todo momento.

Pero si la película aguanta es, sobretodo, por el gran reparto. Carlos Areces realiza un trabajo sobrehumano (el rodaje fue una tortura para él) y el resultado es, simplemente, maravilloso. Impresionante la transformación del Areces que conocemos todos a ese payaso desbocado en el que se convierte. Antonio de la Torre acojona y mucho. Aunque es al final cuando la cabeza peor le funciona, es al comienzo de la película cuando descubrimos a un personaje que acojona por lo que es y no por las peculiares circunstancias que se ve obligado a vivir después. Carolina Bang, actriz guapísima, con un cuerpo de escándalo y de visible simpatía, no está fina. Su personaje aguanta mientras la lascivia es lo que la mueve y su mayor arma, pero pierde fuelle cuando se ve obligada a cargar con el peso de algunas escenas con cierto calado. El gran Manuel Tallafé, soberbio, como siempre. Un montón de caras conocidas como Santiago Segura, Fernando Guillén Cuervo, Sancho Gracia, Fofito, Raúl Arévalo, Terele Pávez o Fran Perea aparecen también en mayor o menor medida completando así un reparto bien elegido y muy familiar para el público español.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Grijander
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