Narra un tema tan interesante como peligroso: las desapariciones de niños y lo que esos secuestradores hacen con ellos. Lo bueno, que no se ceba en ahondar el tema de los abusos y se dedica a básicamente a la búsqueda... y quizás radique en esta búsqueda el punto más débil de la película. Centrado en desarrollar una trama que por momentos se hace farragosa, Atom Egoyan (Chloe) dirige con pulso frío como el lugar en que se ambienta, una película que no termina de arrancar del todo.
A pesar de la experiencia del director y de la estupenda fotografía nívea que todo lo rodea, Cautivos se convierte en una película rutinaria que no termina de enganchar al espectador. La impronta que más huella deja es la de ver a un Ryan Reynolds (Deadpool) muy serio, adentrándose en el papel de padre coraje. A él le siguen unos correctos Rosario Dawson (Trance), Scott Speedman (Underworld) y Bruce Greenwood (La Búsqueda 2). Como contrapunto a ellos, el villano es casi una caricatura en la piel de Kevin Durand (Robin Hood). A ello tampoco ayuda una trama que por momentos se hace muy inverosímil y que desemboca en un predecible final. Aún así, conserva los mimbres de mantener la atención en la búsqueda de la víctima y en el drama humano que fortalece un poco la fragilidad de una película correcta.