Siempre he defendido la película de David Fincher como una Obra Maestra. Hoy la he vuelto a ver y no puedo sino reafirmarme. Sí. No hay nada que flaquee en las dos horas y media de duración, todo tiene sentido, todo está impecáblemente colocado ante nuestros ojos.
En el momento que vi Zodiac en el cine supe con certeza que aquella era una película que no iba a gustar a todos los públicos. Y la razón era simplemente porque Zodiac no es el típico thriller, marca un tempo distinto, y aún en su discutible lentitud mantiene una agilidad en el montaje que le otorga a la obra una tensión contiua, latente y obsesiva. Robert Graysmith quiere saber, igual que nosotros, y nos contagia esa misma obsesión.
¿Obra maestra? No lo dudo en absoluto. Pero si hay una palabra que pueda definir a Zodiac con legitimidad esa es "incomprendida". David Fincher, una vez más, se adelanta a su tiempo. Es ésta una película que será estudiada en el futuro como ejemplo de guión, montaje y sobre todo dirección. Fincher es elegante en su puesta en escena y nos regala unos planos que sólo se pueden conseguir mediante efectos especiales (ese seguimiento al taxi), pero siempre transparentes, nunca nos damos cuenta del truco visual, al contrario, nos engancha la mirada a la pantalla y no podemos dejar de mirar.

Señor Fincher, dos palabras para usted: Viva y Bravo.