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17 181
Aventuras. Acción
Tras la muerte del magnate británico del petróleo Sir Robert King en un atentado en el cuartel general del MI6, su hija Elektra hereda sus fabulosos yacimientos petrolíferos del mar Caspio. El agente 007, que se siente culpable de la muerte de King, se convierte en el guardaespaldas de Elektra. Su astronómica fortuna atrae no sólo la atención de la prensa internacional, sino también la del asesino, un hombre con una bala alojada en el ... [+]
23 de julio de 2009
14 de 18 usuarios han encontrado esta crítica útil
Decimonovena entrega de las aventuras de James Bond y tercera vez interpretado por Pierce Brosnan, quien vuelve a ser el elegido para darle vida al agente secreto británico 007, el seductor agente con licencia para matar. Michael Apted ('Nell' o 'Gorilas en la niebla'), se encarga de la dirección, quien se atreve por primera y única vez a adentrarse en esta mítica saga, resolviéndola con decencia pero sin salir victorioso.
El filme, tan cargado de efectos especiales como cualquiera otra de sus películas, da muestras de una trepidante acción que se muestra en cada escena del film. Ésta también destaca por los exóticos parajes que se exhiben en ella, sin olvidarnos de las escenas con las que abre la cinta por las calles de Bilbao o la carrera en lancha por el Támesis londinense.
En esta ocasión, Bond se verá atrapado entre dos mujeres que ocultarán sus auténticos intereses tras diferentes máscaras. El papel principal de chica Bond le corresponde a una radiante Sophie Marceau a quien todos recordamos como la princesa Isabel en 'Braveheart'. Brosnan también se verá acompañado por la exuberante Denise Richards, quien sin llegar a ser la chica de la película, coge bastante protagonismo en la parte final. Robert Carlyle (el prota de 'Full Monty') es quien da vida a un atroz y nefasto villano con una bala metida en la cabeza que no le hace sentir dolor…
En cuanto al tratamiento de James Bond, como ya sabéis, no se nos muestra (y ni se nos mostrará nunca) a un 007 todopoderoso al que nada hace mella, sino que se nos presenta a un hombre con las lógicas limitaciones propias de una persona normal, convirtiéndole en extraordinario con sus dotes de agente secreto. Algunas de ellas pueden ser el tener más puntería que Robin Hood, conducir mejor que Michael Schumacher, poseer más sex-appeal que Cristiano Ronaldo o tener más astucia que Albert Einstein. Todas ellas en su conjunto, más un competente villano (en este caso no) y una sugerente chica Bond convierten a esta saga en interminable.
A medida que pasan los años, las cintas 007 aumentan en efectos pero pierden en guión. Aquí se pierde el norte en algunas escenas puntuales, provocando incluso la risa del espectador. De hecho, la escena final en el submarino sentencia la cinta hasta ahogarla en sus propias inverosimilitudes. Pero bueno, eso hay que aceptarlo, al fin y al cabo ofrece lo que se pide: buena acción y chicas guapas.
El filme, tan cargado de efectos especiales como cualquiera otra de sus películas, da muestras de una trepidante acción que se muestra en cada escena del film. Ésta también destaca por los exóticos parajes que se exhiben en ella, sin olvidarnos de las escenas con las que abre la cinta por las calles de Bilbao o la carrera en lancha por el Támesis londinense.
En esta ocasión, Bond se verá atrapado entre dos mujeres que ocultarán sus auténticos intereses tras diferentes máscaras. El papel principal de chica Bond le corresponde a una radiante Sophie Marceau a quien todos recordamos como la princesa Isabel en 'Braveheart'. Brosnan también se verá acompañado por la exuberante Denise Richards, quien sin llegar a ser la chica de la película, coge bastante protagonismo en la parte final. Robert Carlyle (el prota de 'Full Monty') es quien da vida a un atroz y nefasto villano con una bala metida en la cabeza que no le hace sentir dolor…
En cuanto al tratamiento de James Bond, como ya sabéis, no se nos muestra (y ni se nos mostrará nunca) a un 007 todopoderoso al que nada hace mella, sino que se nos presenta a un hombre con las lógicas limitaciones propias de una persona normal, convirtiéndole en extraordinario con sus dotes de agente secreto. Algunas de ellas pueden ser el tener más puntería que Robin Hood, conducir mejor que Michael Schumacher, poseer más sex-appeal que Cristiano Ronaldo o tener más astucia que Albert Einstein. Todas ellas en su conjunto, más un competente villano (en este caso no) y una sugerente chica Bond convierten a esta saga en interminable.
A medida que pasan los años, las cintas 007 aumentan en efectos pero pierden en guión. Aquí se pierde el norte en algunas escenas puntuales, provocando incluso la risa del espectador. De hecho, la escena final en el submarino sentencia la cinta hasta ahogarla en sus propias inverosimilitudes. Pero bueno, eso hay que aceptarlo, al fin y al cabo ofrece lo que se pide: buena acción y chicas guapas.
