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32 259
Intriga
Andrew Wyke (Laurence Olivier) es un prestigioso escritor de novelas de intriga. Además, su pasión por los juegos de ingenio y las adivinanzas lo ha llevado a convertir su gran mansión en una especie de museo, donde se exponen los juguetes y mecanismos más extravagantes. Una tarde, invita a su casa a Milo Tindle (Michael Caine), amante de su mujer y propietario de una cadena de salones de belleza, para proponerle un ingenioso plan del ... [+]
12 de enero de 2009
15 de 17 usuarios han encontrado esta crítica útil
Último largometraje de Joseph L. Mankiewicz (1909-93). El guión, de Anthony Shaffer (“Frenesí”, Hitchcock, 1972) y J. L. Mankiewicz, adapta la obra de teatro “Sleuth” (1970), de A. Shaffer, ganadora (1971) del Tony Award. Se rueda en escenarios reales de Athelhampton House (Dorset, Inglaterra) e Iver Heath (Buckinghamshire, Inglaterra) y en los platós de Pinewood Studios (Inglaterra). Es nominado a 4 Oscar (director, banda sonora y 2 actores). Producido por Morton Gottlieb para Palomar Pictures/Fox, se estrena el 10-XII-1972 (EEUU).
La acción dramática tiene lugar en la mansión que tiene en el campo el aristócrata y acaudalado novelista de crímenes y misterio Andrew Wyke (Olivier) a lo largo de dos tardes separadas por un día intermedio, en un fin de semana de 1972. La mansión está ubicada en el condado de Wiltshire (Inglaterra), en la que Wyke ha convenido una entrevista a solas con Milo Tindle (Caine), amante de su mujer, antiguo peluquero y actualmente propietario de dos salones de belleza. Andrew es malicioso, vanidoso, altanero y sádico. Siente pasión por los trucos, las adivinanzas y los juegos de todo tipo. Milo tiene unos 35 años, es de ascendencia italiana, viste con elegancia y es enamoradizo.
El film suma crimen, misterio y thriller. Enfrenta a dos caracteres que chocan por edad, temperamento, estilo de vida, cultura y métodos. Entre ellos se entabla una lucha sin cuartel destinada a demostrar la propia superioridad y conseguir la capacidad de someter, humillar, dominar al otro y sobrevivir. El espectador no sabe a ciencia cierta cuáles son los propósitos últimos de cada uno de los dos contendientes y cuál es el alcance final de sus intenciones. La acción presenta giros sorprendentes (llegada del inspector) que mantienen en vilo la atención del espectador. Se crea una atmósfera enrarecida, densa y opresiva, que trasmite una sensación permanente de amenaza y peligro. Los diálogos son fluidos, ingeniosos, agudos, ricos en referencias cultas, intensos y ocasionalmente recargados y grandilocuentes. Las interpretaciones son magníficas y el duelo de actores que se establece entre Olivier y Caine tiene un desarrollo magistral. El guión combina con acierto humor y terror. Al humor se añaden lances de sátira y farsa.
Las relaciones entre los personajes se presentan saturadas de engaños, trampas, bromas inmisericordes, mentiras, simulaciones y propuestas rastreras. Bajo la apariencia de un trato educado y cortés, se cruzan amenazas, intimidaciones y provocaciones. La acción se mueve a impulsos de deslealtades, traiciones, afanes de venganza, rencores, prejuicios de clase, celos, envidias y deseos de dominación.
(Sigue en el "spoiler" sin desvelar partes del argumento)
La acción dramática tiene lugar en la mansión que tiene en el campo el aristócrata y acaudalado novelista de crímenes y misterio Andrew Wyke (Olivier) a lo largo de dos tardes separadas por un día intermedio, en un fin de semana de 1972. La mansión está ubicada en el condado de Wiltshire (Inglaterra), en la que Wyke ha convenido una entrevista a solas con Milo Tindle (Caine), amante de su mujer, antiguo peluquero y actualmente propietario de dos salones de belleza. Andrew es malicioso, vanidoso, altanero y sádico. Siente pasión por los trucos, las adivinanzas y los juegos de todo tipo. Milo tiene unos 35 años, es de ascendencia italiana, viste con elegancia y es enamoradizo.
El film suma crimen, misterio y thriller. Enfrenta a dos caracteres que chocan por edad, temperamento, estilo de vida, cultura y métodos. Entre ellos se entabla una lucha sin cuartel destinada a demostrar la propia superioridad y conseguir la capacidad de someter, humillar, dominar al otro y sobrevivir. El espectador no sabe a ciencia cierta cuáles son los propósitos últimos de cada uno de los dos contendientes y cuál es el alcance final de sus intenciones. La acción presenta giros sorprendentes (llegada del inspector) que mantienen en vilo la atención del espectador. Se crea una atmósfera enrarecida, densa y opresiva, que trasmite una sensación permanente de amenaza y peligro. Los diálogos son fluidos, ingeniosos, agudos, ricos en referencias cultas, intensos y ocasionalmente recargados y grandilocuentes. Las interpretaciones son magníficas y el duelo de actores que se establece entre Olivier y Caine tiene un desarrollo magistral. El guión combina con acierto humor y terror. Al humor se añaden lances de sátira y farsa.
Las relaciones entre los personajes se presentan saturadas de engaños, trampas, bromas inmisericordes, mentiras, simulaciones y propuestas rastreras. Bajo la apariencia de un trato educado y cortés, se cruzan amenazas, intimidaciones y provocaciones. La acción se mueve a impulsos de deslealtades, traiciones, afanes de venganza, rencores, prejuicios de clase, celos, envidias y deseos de dominación.
(Sigue en el "spoiler" sin desvelar partes del argumento)
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
Se enfrentan dos personas de idiosincrasias diferentes: una vive de la fantasía y la ficción y la otra de decisiones pragmáticas; dos clases sociales: la aristócrata y la burguesa; dos culturas: la de conservar privilegios y la de ascender en la escala social mediante el esfuerzo personal; dos maneras de entender la vida: como un juego que suma artilugios articulados, ajedrez, cartas y pasatiempos, o como dedicación al trabajo y a la asunción de riesgos de empresa; dos métodos de acción: el basado en el uso del ingenio y el que se apoya en la iniciativa y el trabajo, etc.
El film satiriza el género de detectives, critica la indolencia de la aristocracia y el arribismo de la burguesía, explora la tenue frontera que separa realidad y apariencia, verdad y mentira, certeza e incertidumbre; y propone una interesante reflexión sobre la ambigüedad.
Kenneth Branagh realiza un remake del film en 2007, con Michael Caine y Jude Law como protagonistas.
La música, de John Addison, ofrece una sugestiva partitura original que se inspira en la música barroca alemana e italiana (Bach, Vivaldi ...), a la que añade tres canciones memorables de Cole Porter (“Just One of These Things”, “Anything Goes” y “You Do Something To Me”). La fotografía, de Oswald Morris (“Moby Dick”, Huston, 1956), en color, acentúa y subraya el carácter opresivo y claustrofóbico de la mansión, que convierte en un espacio amenazador, aislado, deprimente y con características de prisión o calabozo. Se beneficia de una decoración, exótica y grotesca, cuidada al detalle. El retrato de Marguerite Wyke se inspira en la imagen de Joanne Woodward.
El film satiriza el género de detectives, critica la indolencia de la aristocracia y el arribismo de la burguesía, explora la tenue frontera que separa realidad y apariencia, verdad y mentira, certeza e incertidumbre; y propone una interesante reflexión sobre la ambigüedad.
Kenneth Branagh realiza un remake del film en 2007, con Michael Caine y Jude Law como protagonistas.
La música, de John Addison, ofrece una sugestiva partitura original que se inspira en la música barroca alemana e italiana (Bach, Vivaldi ...), a la que añade tres canciones memorables de Cole Porter (“Just One of These Things”, “Anything Goes” y “You Do Something To Me”). La fotografía, de Oswald Morris (“Moby Dick”, Huston, 1956), en color, acentúa y subraya el carácter opresivo y claustrofóbico de la mansión, que convierte en un espacio amenazador, aislado, deprimente y con características de prisión o calabozo. Se beneficia de una decoración, exótica y grotesca, cuidada al detalle. El retrato de Marguerite Wyke se inspira en la imagen de Joanne Woodward.