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Drama
A los veinte años, Martin abandona su casa y se va a París, donde tiene la suerte de convertirse en modelo. Entre él y Alice, la hermana de un amigo, surge una apasionada relación. Sin embargo, Martin mantiene una actitud de reserva total con respecto a su pasado y a las razones que lo impulsaron a abandonar a su familia. Cuando Alice le comunica su embarazo, el pasado vuelve a dominar y a trastornar su mente. (FILMAFFINITY)
23 de diciembre de 2009
9 de 10 usuarios han encontrado esta crítica útil
Film realizado por André Téchiné ("Los juncos salvajes", 1994). El guión es de Olivier Assayas, Gilles Taurand y André Techiné. Se rueda en exteriores de París y Cahors (Francia), Granada (España) y en plató, con un presupuesto modesto. Producida por Alain Sarde para Les Films Alain Sarde, se proyecta en público por primera vez el 23-X-1998 (Valladolid).
La acción tiene lugar en una población de la campiña francesa, Granada y Paris, en 1997/98, a lo largo de algo más de un año, tras un prólogo sobre la vida de Martin Sauvagnac (Loret) con su madre, Jeanine (Maura), hasta los 10 años, y otro sobre su vida con el padre, tres hermanastros y la madre de éstos, Lucie (Villalonga). A los 20 años abandona la casa del padre con prisas y se traslada a Paris, donde se instala en el piso que su hermanastro Ben (Amalric) comparte con Alice (Binoche), violinista, de unos 30 años. Martin encuentra trabajo como modelo fotográfico.
El film suma drama psicológico y romance. El protagonista es un muchacho problemático, que no se lleva bien con el padre y que encuentra dificultades para integrarse con normalidad en la segunda familia de éste, que acoge a Martin con frialdad y prejuicios. Su trabajo en Paris le proporciona una situación económica desahogada y el amor que siente por una mujer le da estabilidad emocional. Ésta se ve alterada súbitamente por un conjunto de factores inesperados. Con la ayuda de flashbacks se evocan problemas de relación con el padre, un hombre frío y autoritario; con el hermano Ben; con la segunda familia del padre que lo somete a un trato marcado por los abusos psicológicos; con sus inseguridades y su debilidad personal; con su afecto por una mujer mayor que él; con su aprensión a la locura, etc. El análisis de las relaciones de Martin con su entorno se apunta mediante trazos breves y elípticos, narrados de acuerdo con un orden poco claro que mezcla hechos de presente y de pasado, frustraciones antiguas y nuevas, sin dibujar una línea adaptada a la fácil comprensión del espectador.
Los caracteres de los personajes no se presentan definidos con precisión. La acción en algunas situaciones parece falta de explicación y clarificación. La información que se da del protagonista es abundante, pero le falta orden y claridad. La sistemática narrativa es deliberadamente compleja y desconcertante. Techiné opta por dejar en manos de la interpretación del espectador el entramado de hechos y relaciones que conforman el drama.
La acción tiene lugar en una población de la campiña francesa, Granada y Paris, en 1997/98, a lo largo de algo más de un año, tras un prólogo sobre la vida de Martin Sauvagnac (Loret) con su madre, Jeanine (Maura), hasta los 10 años, y otro sobre su vida con el padre, tres hermanastros y la madre de éstos, Lucie (Villalonga). A los 20 años abandona la casa del padre con prisas y se traslada a Paris, donde se instala en el piso que su hermanastro Ben (Amalric) comparte con Alice (Binoche), violinista, de unos 30 años. Martin encuentra trabajo como modelo fotográfico.
El film suma drama psicológico y romance. El protagonista es un muchacho problemático, que no se lleva bien con el padre y que encuentra dificultades para integrarse con normalidad en la segunda familia de éste, que acoge a Martin con frialdad y prejuicios. Su trabajo en Paris le proporciona una situación económica desahogada y el amor que siente por una mujer le da estabilidad emocional. Ésta se ve alterada súbitamente por un conjunto de factores inesperados. Con la ayuda de flashbacks se evocan problemas de relación con el padre, un hombre frío y autoritario; con el hermano Ben; con la segunda familia del padre que lo somete a un trato marcado por los abusos psicológicos; con sus inseguridades y su debilidad personal; con su afecto por una mujer mayor que él; con su aprensión a la locura, etc. El análisis de las relaciones de Martin con su entorno se apunta mediante trazos breves y elípticos, narrados de acuerdo con un orden poco claro que mezcla hechos de presente y de pasado, frustraciones antiguas y nuevas, sin dibujar una línea adaptada a la fácil comprensión del espectador.
Los caracteres de los personajes no se presentan definidos con precisión. La acción en algunas situaciones parece falta de explicación y clarificación. La información que se da del protagonista es abundante, pero le falta orden y claridad. La sistemática narrativa es deliberadamente compleja y desconcertante. Techiné opta por dejar en manos de la interpretación del espectador el entramado de hechos y relaciones que conforman el drama.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
No le faltan al autor habilidades narrativas, suficientemente acreditadas en otras obras. Su propósito, comprensible y respetable, es el de reclamar al espectador un esfuerzo personal no habitual en el cine comercial de los últimos 30 años. Se podrían aportar numerosas razones a favor del tratamiento expositivo que adopta el film para explorar un drama psicológico dependiente, como no puede ser de otra manera, de una matriz no sencilla de factores determinantes. La interpretación de Binoche, serena y templada, es adecuada y convincente.
La música, de Philippe Sarde (“Tess”, Polanski, 1979), aporta composiciones tan gratas como "La Alhambra" y "La ruptura", a cargo de la London Symphony Orquestra. Se añaden canciones populares como "Kalina Malina" (tema ruso), canciones del álbum "Michelangelo 70" (Piazzolla), "You're So Good To Me" (Beach Boys) y otras. La fotografía, de Carolina Champetier, en color, crea ambientes opresivos y oscuros, hace uso de claroscuros de fuerte contraste y se sirve de contraluces vibrantes, que combina con espacios abiertos inmensos e inquietantes. El montaje yuxtapone planos con cierta brusquedad en beneficio del dinamismo del relato y la extrañeza del discurso narrativo, que nos habla de la dificultad de comprensión de la psique humana.
La música, de Philippe Sarde (“Tess”, Polanski, 1979), aporta composiciones tan gratas como "La Alhambra" y "La ruptura", a cargo de la London Symphony Orquestra. Se añaden canciones populares como "Kalina Malina" (tema ruso), canciones del álbum "Michelangelo 70" (Piazzolla), "You're So Good To Me" (Beach Boys) y otras. La fotografía, de Carolina Champetier, en color, crea ambientes opresivos y oscuros, hace uso de claroscuros de fuerte contraste y se sirve de contraluces vibrantes, que combina con espacios abiertos inmensos e inquietantes. El montaje yuxtapone planos con cierta brusquedad en beneficio del dinamismo del relato y la extrañeza del discurso narrativo, que nos habla de la dificultad de comprensión de la psique humana.