Lamentable. Así podemos catalogar este engendro cinematográfico. No he leído el libro anteriormente, pero como sea tan aburrido como la película no lo haré nunca. Además se ha demostrado que afortunadamente en 1984 no ocurrió nada parecido a esa estúpida profecía de que íbamos a tener un señor tan feo observándonos en todo momento y controlando hasta los sentimientos.

Al tema, en todo caso, dejando a un lado el mediocre argumento en el que se basa, la película podía haber estado bien hecha, pero no. Los actores contribuyen al desastre total con unas interpretaciones vanas, inócuas y sin chispa. Suzanna Hamilton se podía depilar un poco para variar, John Hurt aun parece no haberse recuperado del todo de cuando le salió un Alien del pecho y el señor Burton pues mereció una despedida algo mejor a su carrera.

En fin, que a cualquiera con un boli en la mano que garabatea le llaman escritor y crea escuela.