De verdad esta película merece ser re-descubierta como varias otras de Alcoriza, tiene que tener el lugar de clásico no solo mexicano sino por lo que y como lo cuenta del cine hispanoamericano.
En un pueblo que no se especifica en ningún momento podría ser cualquiera de hispanoamérica, tampoco la época si hay que adivinar por el único auto que aparece y porque hay luz eléctrica incluso en un lugar remoto y pobre como ese diría que mediados de los 40's o principios de los 50's, la gente vive más mal que bien debido a una sequía prolongada y un calor molesto, en ese contexto una mujer tiene un hijo y a la partera se le rompe siempre lleva una botella de vidrio donde les hace soplar a las parturientas como rito, esto hace que anuncie desgracias para el pueblo, y que su presagio se torne en profecía auto-cumplida por la psicosis en la que entra todo el pueblo.
Alcoriza y García Marquéz hacen un retrato coral de la condición humana a través de esas decenas de pueblerinos lleno de amargura, resentimiento, envidia, con hombres que quieren más a sus animales que a sus hijos, otros que intentan aprovecharse de la situación, un cura metiche cuyos consejos e intervenciones solo causan peores males que los que intenta contener o evitar.
Como algunos se refugian en el alcohol, otros en el sexo, el chisme, la crueldad, el morbo, la religión.
Destacar que a pesar de usar el lenguaje neutro para profundizar su condición universalista, logra que no escuche acartonada, ni falsa.
Muy buenas interpretaciones de todo el elenco, la verdad que no hay ninguno que desentone.