Como casi toda biopic o película biográfica, como quiera llamársela, Gilda al tratarse de la vida de una cantante que murió en plena consolidación y cuya vida no era muy interesantes antes de que encontrara su vocación, no le había pasado ninguna truculencia, era una mujer de clase media, maestra jardinera, casada con 2 hijos, y bueno lo que le paso después tampoco es que fue muy interesante que digamos, solo los azares del camino a la fama, que igual tampoco profundizan mucho en eso.
En si los "grandes conflictos" que vive Myriam hasta convertirse en Gilda, es el desacuerdo que tiene con su marido cuando ella decide renunciar a su trabajo para dedicarse a la cumbia, y los problemas con la mafia de la movida tropical, que igual no es que están retratados en profundidad, solo pequeñas pinceladas, el resto de la película se rellena con covers cantados por la protagonista, Natalia Oreiro de temas de Gilda, de hecho pasan sus 10 temas más conocidos, incluidos la versión que Gilda había hecho de Paisaje.
Tal vez en esta biopic haya que destacar el no inventar pavadas y truculencias innecesarias, y lo que queda a deber es historia, aunque si no la hubo, nada, no la hubo, Gilda fue eso, una maestra de clase media a la que le gustaba cantar y que cuando logró triunfar, murió en un accidente.
Lo mejor: tal vez sea la interpretación de Natalia Oreiro, se la ve realmente compenetrada en el papel, ella siempre ha sido fan de Gilda, y el parecerse a esta le vino como anillo al dedo para interpretarla.
La fotografía también es bastante buena, pero ahí acaban las cualidades.
Lo peor: es una película aburrida, plana, mediocre, que se deja ver, si no te molesta aguantarte 10 temas de cumbia, pero tampoco es la maravilla que venden algunos, en general críticos pagados por los productores de la película.