Ya no sé la película número cuanto que transcurre en esa ciudad.
En este caso lo único diferente es que en vez de suceder en la casa, sucede en un acilo construido en el mismo lugar donde antes estaba la infame casa.
La historia transcurre de forma lentísima, aportándonos datos que no nos van a servir para nada, por ejemplo el tipo de mantenimiento que también es el compañero de la protagonista, se pasa 10 minutos contándole que productos tiene que usar para limpiar cada cosa, y en cualquier película de terror estos datos solo se conocen, porque la protagonista en algún momento los va a usar para defenderse o algo, acá no, solo se conocen por conocerse.
En si casi hasta la mitad de la película es un melodrama de lo más insulso sobre una chica que se dedica a la limpieza, no hay mucho más que eso.
Las pocas situaciones que podrían haber aprovechado, como darle más importancia a la relación entre la protagonista y su compañero de trabajo se queda en la nada.
La realización de la misma es muy precaria, la iluminación es pésima, hay que andar adivinando donde están los personajes, se nota la falta de presupuesto, y los actores lo hacen de forma desganada, como si se tratara de bueno de lo que fue, un proyecto menor y sin trascendencia alguna, más como un favor a su director, que como un verdadero trabajo.