Divertida y hasta cierto punto entrañable película la que nos traía Blake Edwards con su mujer en aquel momento, Julie Andrews, a la que muchos criticaban por no tener el suficiente sex appeal como para interpretar a esta mujer que se hace pasar por hombre para poder ganarse la vida como cantante. A mí la Andrews no me apasiona pero tampoco hay que quitarle méritos y yo sí que creo que cumple bastante bien con lo que este tipo de papel, no tan fácil de interpretar como puede parecer, demanda. Lo que nadie podrá negar es que la Andrews, junto con Liza Minneli y mi adorada Barbra Streissand, es una de las mejores voces de la pantalla y aquí deja constancia de ello. No soy para nada amante de los musicales pero aquí no se abusan de las canciones y las que aparecen no interrumpen el ritmo del argumento en ningún momento. Sorprendente el papelón que se saca de la manga una infravalorada secundaria como es Lesley Ann Warren, sexy, divertida y con un número musical en el que el cante y el baile no se le da nada mal. Junto a ella, otro secundario magnífico como es Robert Preston, maravilloso, un correcto Alex Karras y un guapo James Garner al que, quizás, veo algo descolocado y desganado como galán de la película. En definitiva, una más que recomendable comedia musical.