Bonita película que devuelve a su director, Scott Hicks, a su Australia natal a dónde no había regresado a rodar desde su película "Shine". De este director, me sigo quedando con su para mí maravillosa "Minetras nieva sobre los cedros" pero éso no quiere decir que esta película que nos ocupa ahora sea mala. La verdad es que me ha gustado. El actor inglés, Clive Owen, es uno de los productores de la misma, guardándose así el papel protagonista como un joven viudo que, de la noche a la mañana, tiene que llevar él solo su casa, su trabajo y el cuidado de su hijo de 6 años. Me ha gustado esta película sobre todo por su sencillez. No pretende dar lecciones de vida ni ser recordada como un gran trabajo, de hecho, en países como Alemania salió directamente en DVD viendo que no iba a crear gran expectación en las taquillas de los cines, pero precisamente en su sencillez radica para mí su encanto. El trabajo de Owen es más que correcto, el británico es un actor serio que siempre da lo que se espera de él y a mí me ha llegado a enternecer en algún que otro momento sin necesidad de ser histriónico o exagerado. Junto a él unas desconocidas Laura Fraser como su esposa fallecida, Emma Booth como amiga y Julia Blake como suegra bastante correctas todas. El papel de su hijo de 6 años recae en un natural Nicholas McAnulty, al que se le une el correcto George MacKay como hijo de un anterior matrimonio que pasará una temporada con su padre y hermano. Bonita banda sonora y bonita fotografía. Recomendable.