Aquí hay algo que no anda bien. A pesar de que el objetivo de la película es incentivar a los niños a leer, la cinta cojea demasiado (y no por pata de palo) en muchos aspectos.

Para empezar, nos presentan a un niño lleno de miedos, inseguro y temeroso a todo lo que lo rodea. Y la solución está en los libros. ¿Soy yo el único que no me trago esto? Dan un brinco terrible en la película, si el niño ya leía de antes: revistas con estadísticas que lo llenaron de temores. Ustedes disculpen, pero la solución a los miedos de uno no está en los libros.

Las referencias bibliográficas llegan a ser, en mi opinión, abrumadora. Yo no recordaba el filme muy bien, hacía mucho tiempo no la veía, pero estoy seguro que con los 8 o 9 años que vi la película, yo no conocía ni la mitad de las historias de esos libros. Si hasta me ericé cuando escuché el “Nunca más” del cuervo. Tampoco creo que la historia del Dr. Jekyll y Mr. Hide sea para un niño. Y es burlesco también lo que hacen con el mastín y el calamar.

No obstante, reconozco que cuando niño me encantó, y la volví a ver por la gran nostalgia que sentía; después de dar muchos tumbos, la película cumple con su objetivo, que es motivar a los niños a leer. Pero creo que debieron aprovechar la figura de Maculay, y la buena animación que tiene la película para hacer algo mejor.