La vas a ver, si no la has visto ya. Y te va a gustar. Y leerás las críticas y verás lo generosas que son con la película. Hay un par de esas críticas que ya no son tan generosas y dan sus razones, para mí que son las que se ajustan a la realidad, dicen que diversas secuencias son de lo más chungas y estropean el acto final; otras causan asombro pero las aceptas. Ahora, tiene algún que otro detalle de calidad. Pero lo principal es el tributo que rinden las críticas a Henry Fonda. A la gente se le cae la baba con Henry Fonda. Qué bien, de acuerdo, pero se olvidan de Victor Mature, un importante pilar en la trama, su presencia impone, ocupa toda la barra, todo el bar, toda la pantalla.
Grandiosa su "delicada" petición a Chihuahua "llena de amor":
-¿Por qué no te largas a otra parte a berrear tus estúpidas cancioncillas y me dejas solo?
Me ha encantado.
Y lo demás es Walter Brennan. Sin Walter Brennan esta película se va a la mitad del carajo, y con el señor Brennan están los secundarios, el primero su hijo, el de la carreta, que no le hace falta hablar, sólo verle su mirada, su disposición, me ha helado las entrañas y me ha parecido el sospechoso número uno de todo lo malo que pueda pasar, y haya pasado, en Tombstone y en 500 leguas a la redonda.