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Voto de Antonio Morales:
7
Drama Una niña de 13 años, Wei Minzhi, que vive en un pueblo de las montañas, se ve obligada, por orden del alcalde, a sustituir durante un mes a su maestro. Éste le deja cada día un trozo de tiza y promete darle 10 yuan si consigue que ningún estudiante abandone la escuela. Sin embargo, el revoltoso Zhang Huike abandona la clase para ir a la ciudad en busca de trabajo, y la abnegada Minzhi tendrá que ingeniárselas para que regrese a la escuela. (FILMAFFINITY) [+]
24 de septiembre de 2014
5 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Zhang Yimou es, desde hace tiempo, el cineasta más interesante de la cinematografía china. En esta ocasión recupera el ámbito rural, la planificación reposada y las claves del melodrama clásico. Un ostensible acento naturalista aflora en las imágenes de esta emotiva película. El director chino utiliza actores no profesionales, es más, cada uno actúa en el mismo papel que desempeñaba en la vida real, y viene exigido por el tipo de historia que nos quiere contar. Al parecer el cineasta rodó con cámara oculta para importunar lo menos posible el trabajo de los improvisados protagonistas. “Ni uno menos” se articula en una dolorosa tragicomedia cercana al neorrealismo.

Yimou narra con un estilo reposado los avatares de una maestra de trece años que debe sustituir al profesor titular por un mes en un pequeño pueblo rural. La adolescente, de una voluntad infatigable, debe viajar a la ciudad para encontrar a uno de sus pequeños alumnos que huyó en busca de trabajo. Yimou nos muestra los sentimientos de la muchacha de forma directa, sin el aliento poético de otros films del autor, y también nos muestra la clarividencia de su vertiginoso paso de la adolescencia hacia la madurez. El cineasta plantea claramente el contraste entre la gran urbe y el pequeño pueblo de Shuiquan, pero siempre bajo la luminosidad de su cine.

La deshumanización y la burocracia de la gran ciudad, ante el apego a las ideas en las que ha crecido. En la mirada de Yimou, la televisión es símbolo de una sociedad corrompida y funcionarial, pero que paradójicamente le sirve a la adolescente para servirse de su popularidad para resolver sus problemas en la gran ciudad. Lo ha conseguido gracias a su empeño y fe incansable, aunque en el fondo la historia no oculta la realidad que el cineasta quiere denunciar. Y es el abandono escolar de muchos niños para comenzar a trabajar por falta de dinero en su entorno familiar. China sigue siendo un país inmenso lleno de contrastes.
Antonio Morales
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