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Voto de Antonio Morales:
9
Acción. Ciencia ficción Perseguido por su turbulento pasado, Mad Max cree que la mejor forma de sobrevivir es ir solo por el mundo. Sin embargo, se ve arrastrado a formar parte de un grupo que huye a través del desierto en un War Rig conducido por una Emperatriz de élite: Furiosa. Escapan de una Ciudadela tiranizada por Immortan Joe, a quien han arrebatado algo irreemplazable. Enfurecido, el Señor de la Guerra moviliza a todas sus bandas y persigue ... [+]
5 de diciembre de 2016
7 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
La saga postapocaliptica de Gerorge Miller, constituye una de las sagas paradigmáticas de la ciencia ficción cinematográfica, pues alcanza (treinta años después) con esta entrega, aprovechando muy bien la era digital, su trabajo más logrado hasta el momento. Al menos desde su estilo visual y técnico, en mi opinión, la mejor película del año, un auténtico prodigio ante el que me quito el sombrero. El rostro y el cuerpo acerado de Tom Hardy sustituye al de Mel Gibson, cambio muy obvio por la edad avanzada de Gibson, por lo que su primer acierto es, el casting adecuado que incluye una atípica Charlize Theron (Furiosa). Otros logros acertados son: los escenarios desérticos, su fotografía quemada, los figurantes primarios y los camiones y automóviles trucados y rediseñados como objetos estrafalarios de un universo atávico, gracias a un soberbio diseño de producción.

Miller en su argumento no se aleja excesivamente de la que ya nos contó en las anteriores entregas, tampoco añade nada nuevo ni aclara ningún concepto sobre la idiosincrasia del guerrero de la carretera, ya conocemos sobradamente porqué se convirtió en un luchador y superviviente errático, incómodo con su pasado y desalentado con su futuro. Sólo incluye algunas imágenes rápidas, por si alguien desconoce la saga, en forma de “flash backs”, que tuvo una familia a la que no pudo proteger, sintiéndose culpable por no haberlo podido evitar. Esta cuarta entrega nos sitúa desde un mundo que no ha evolucionado en la ficción salvaje y distópica en la medida en que lo ha hecho el cine digital. Así que Miller vuelve al pasado con el refuerzo del presente infográfico, decidido a convertir la acción física en el mismo relato. Y en ello reside lo mejor del film, porque mantener el interés durante dos horas de metraje, hipnotizados por la acción trepidante, y con tan austera excusa argumental – una persecución en pleno desierto australiano – tiene un enorme mérito.

Allí donde otros han fracasado, haciendo de la acción sintética el único elemento constituyente del film, el cineasta australiano triunfa holgadamente, porque su film es una sucesión de “set pieces” de acción, encadenadas con escasas pautas intermedias que constituyen un atractivo relato con secuencias que nos ilustran sobre la lucha por la supervivencia en un futuro desolador. Lacónica y llena de gestualidad que presenta a unos personajes parcos en palabras y generosos en actos arriesgados y determinantes. Un film vibrante y lleno de adrenalina, cine de acción, pero con fundamento, escueta y a la vez prodigiosa, nada que ver con superproducciones de vacua espectacularidad que terminan aburriéndote y agobiándote.

Las pinceladas argumentales son breves pero definitorias, un film con una puesta en escena llena de fisicidad y con un montaje soberbio que no da una tregua al espectador, su iconografía sigue fascinando y mucho más ahora con las nuevas tecnologías. Un film que no se esconde ni renuncia acomplejado a lo que pretende ser, puro espectáculo y entretenimiento, pero con imaginación y habilidad, un producto comercial que no deja de ser una obra de arte, por mucho que se rasguen las vestiduras, los exégetas del arte cinematográfico abstracto o intelectual. Yo no renuncio a ver cualquier tipo de cine, siempre que esté hecho con talento e ingenio para atrapar y emocionar al espectador, porque el primer mandamiento del cine es no aburrir.
Antonio Morales
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