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Voto de Antonio Morales:
7
Comedia. Musical Opereta que narra dos historias paralelas que tienen lugar en el pequeño ducado italiano de Bérgamo: una ambientada en el siglo XIX, y la otra en el XVI. Como Lubitsch murió durante el rodaje, la película fue terminada por Otto Preminger. (FILMAFFINITY)
30 de abril de 2014
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Última película de Lubitsch para la Fox, que el realizador preparó e incluso comenzó a rodar, hasta que le sorprendió la muerte, tras ocho días de rodaje. Otto Preminger se encargó de completar el film, aunque extrañamente, en los títulos de crédito sólo aparece Lubitsch como productor y director. La película ha sido generalmente poco valorada, aunque en mi opinión, no sólo no se merece ni mucho menos semejante desprecio, es más, me atrevería a afirmar que hay bastantes cosas buenas que decir de ella.

En primer lugar, Preminger se limita a coordinar las directrices que Lubitsch tenía en marcha, porque todo estaba previsto y dispuesto. Segundo aspecto a retener: el inesperado retorno que “La dama de armiño” suponía en la carrera de Lubitsch, al terreno del humor absurdo y un tanto abstracto que cultivó en sus producciones alemanas de la época muda, algo que corroboran tanto el material de base del cual partía (la opereta “Die frau der hermelin”), cómo, sobre todo, el tratamiento cómico-fantástico del relato, al cual no es ajeno la adscripción del film al género de la comedia musical y la pátina visual casi onírica que le impregnan el genial Leon Shamroy en la fotografía y Natalie Kalmus como asesora del tecnicolor, mediante una fulgurante paleta de colores.

Tercer gran elemento de interés: “La dama de armiño” supone, en este sentido, un extraño paso adelante en la trayectoria de un cineasta que, en sus últimas comedias, ya había dado muestras de una tendencia progresivamente mayor hacia un humor cada vez más abstracto, sobre todo, tras agotar las formas más “clásicas” de la comedia norteamericana. También supone, lamentablemente, una gran incógnita, habida cuenta de que esta película, fue rodada en su mayor parte por Preminger y la prematura muerte del maestro tan sólo nos permite especular en este sentido. Sea como fuere, “La dama de armiño” es una película regocijantemente divertida cuya singularidad nace de su indescriptible combinación de géneros (comedia musical, parodia del cine de aventuras, cine fantástico), y de su mirada irónica y descreída sobre todo ellos, prueba palpable de que Lubitsch fue un precursor de la posmodernidad antes de que nadie hubiera oído hablar de ella.
Antonio Morales
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