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Voto de Antonio Morales:
10
Comedia. Drama Una mujer de escasos recursos (Edna Purviance), ha tenido un hijo siendo soltera, y al sentirse abandonada por el padre del niño, decide también ella abandonar al bebé, con la esperanza de que una familia rica lo coja en adopción. Pero el pequeño terminará en manos de un vagabundo (Charles Chaplin), quien pronto se encariñará con él y decidirá sacarlo adelante como sea. Cuando el niño, llamado ahora John (Jackie Coogan) llega a los ... [+]
3 de octubre de 2013
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Chaplin es la figura más carismática del cine de todos los tiempos. Supo transformar un género menor que consistía en persecuciones de policías y lanzamientos de tartas en el más importante del pasado siglo. Y no sólo por su calidad de actor, sino también de productor y director, de guionista y compositor. No dejó de evolucionar durante toda su carrera, su inconformismo y su capacidad de superarse contra las adversidades le catapultaron a ser el hombre más popular y aclamado del planeta. Había adquirido una gran experiencia durante los años anteriores en la “Keystone”, “Essanay”, “Mutual” y desde 1918 trabajaba para la First National, por la tanto, conocía perfectamente el oficio, pero aún estaban por llegar sus obras maestras.

En 1921 realiza para la First National “El chico”, un mediometraje que reúne las constantes de Chaplin en su personaje de Charlot, pero aquí está mezclada con una historia dramática. En esta producción ya aparece la conciencia social y política, e incluso moral, ausente hasta entonces. El cineasta empezó el film diez días después de la muerte de su primer hijo, hecho que pareció reavivar súbitamente su creatividad. El afortunado descubrimiento de un prodigioso actor infantil, alter ego perfecto de Chaplin, le permitió desarrollar una evocación doblemente autobiográfica: a través del pequeño Jackie Coogan revivía episodios dolorosos de sus primeros años, mientras que transferían a su relación casi paternal con el niño (que la tragedia acababa de frustrar en la vida real) las carencias de su propia infancia desamparada.

La película está trufada de gags magistrales y divertidísimos, que se alternan con escenas melodramáticas muy emotivas. “The Kid” fue retocada en 1971 por Chaplin eliminando tres escenas de la madre del chico, que no mejoraban el relato y añadiendo una magnífica música compuesta por él mismo. También subyace en esta emocionante historia un poso de denuncia contra una sociedad hipócrita e injusta con los desfavorecidos, la ley siempre está con los poderosos (el policía siempre acecha al vagabundo), y el dinero como paradigma del éxito social.

El cineasta consigue seducirnos con la insignificancia física del vagabundo, su ternura aún siendo un pícaro, su delicadeza, su tenacidad y su imaginación. Chaplin era mucho más que un simple cómico, era un payaso y esa era la diferencia. Los cómicos te hacen reír, pero enseguida te olvidas por qué reías. Pero los payasos te hacen reír y llorar porque comprenden y conocen las miserias del ser humano. Nada más comenzar el film, Chaplin nos advierte: “una película con una sonrisa y, quizá, alguna lágrima”, como reza su primer rótulo combina por primera vez ambos elementos con plena eficacia. Creo que esta es su primera obra maestra. Chaplin moría en Suiza, en la madrugada del día de Navidad de 1977, su familia esperaba celebrar Papá Noel con regalos y alegría, pero el pequeño vagabundo ya no despertó, con su bombín, su bigote y su bastón nos dejó para siempre llevándose el mejor regalo que todo hombre puede esperar, y es permanecer en nuestra memoria para siempre.
Antonio Morales
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