Si la comparamos con la película de F. Gary Gray sale perdiendo en todas las comparaciones, donde había psicología aquí hay simpleza, donde había acción y tensión durante todo el film aquí solo se alcanza esos niveles en la secuencia del tranvía, donde había inteligencia aquí vemos al novio de Phoebe tratando de sacar un corcho de una botella al mas puro estilo Grisson con uno de sus acertijos "eche eche eche, ¿qué beben las vacas?..."

Se puede ver pero en comparación con Negociador baja muchos, muchísimos enteros.

Eddie Murphy nunca estará tan bien como en El principe de Zamunda.