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Voto de Vivoleyendo:
8
Drama. Romance Años 50. Frank (Leonardo DiCaprio) y April (Kate Winslet) se conocen en una fiesta y se enamoran. Ella quiere ser actriz. Él sueña con viajar para huir de la rutina y experimentar emociones nuevas. Con el tiempo se convierten en un estable matrimonio con dos hijos que vive en las afueras de Connecticut, pero no son felices. Ambos se enfrentan a un difícil dilema: o luchar por los sueños e ideales que siempre han perseguido o conformarse ... [+]
17 de febrero de 2009
48 de 53 usuarios han encontrado esta crítica útil
La casa de Revolutionary Road simboliza el Gran Sueño Americano, la meta del ciudadano medio.
Espaciosa, blanca, con postigos de colores alegres y un jardín precioso a su alrededor. Parece diseñada para la Gran Felicidad. En la entrada, sólo falta la foto de una familia típica luciendo cegadoras sonrisas. El marido con su traje y su corbata, mirada de seguridad y gesto protector, rodeando los hombros de la esposa, la cual mira ingenuamente a la cámara con sus labios pintados, su cabello peinado a la moda, su vestido un poco cursi y sus zapatos de tacón, y los niños con sus caritas angelicales arropados por los brazos de la madre y del padre.
Todo tan ideal, tan perfecto, tan... chirriante.
Una casa así se merece a los inquilinos adecuados, el supremo ejemplo de las familias norteamericanas. Todos los vecinos envidian a los Wheeler, los nuevos y flamantes ocupantes.
Lo que se advierte en apariencia: La parejita feliz con sus hijos, las comodidades de un hogar que no carece de nada, un trabajo honrado, una vida social intensa...
Lo que hay en realidad: Un matrimonio anegado de frustraciones, desavenencias, dudas y trifulcas, a la búsqueda de algo que han perdido en algún momento de su avance en común. Ese algo que se podía atisbar en aquel horizonte que ambos podían otear con excitación al principio, ese abanico de posibilidades... Se extravió. Se esfumó cuando se dejaron llevar por la inercia, cuando cayeron en la trampa que se cerró sobre sus cabezas.
Llevan una rutina confortable... Pero ahí está el problema. La rutina. El haber caído en el engaño del Gran Sueño Americano que prometía la plenitud.
Y no es que vivan mal, ni por asomo. Pero los dos se han visto atrapados por grilletes que no sabían que les fueran a pesar tanto. Muchos matarían por tener lo que ellos tienen... Pero a ellos lo que los está matando es precisamente eso.
Buena posición, dinero, estabilidad... ¿Son suficientes? ¿El amor basta para rellenar los huecos, los baches, las carencias emocionales?
Mendes, una vez más, escarba desangeladamente en los estratos profundos de la fachada social y desbarata el mito de la felicidad familiar y matrimonial, abofeteando con una exhibición prodigiosa de talento interpretativo por parte de la electrizante pareja principal, con una exploración muy dura de las verdades que nadie se atreve a admitir de puertas afuera, y con unos apartados técnicos que hacen el resto, incluida la envolvente banda sonora, que evoca ligeramente a aquella atmósfera etérea a lo "American Beauty".
No tenemos las respuestas, no podemos tocar la luna, sólo acercarnos un poco y alargar los brazos hacia ella. Y, cuanto más queramos subir, más brutal puede ser el impacto contra el suelo.
Ni siquiera el idílico barrio de Revolutionary Road garantiza la felicidad.
Vivoleyendo
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