Infravalorada cinta de terror fantástico con visos fantasiosos, la cual con un argumento simplista pero efectista al mismo tiempo, nos traza una historia discreta y aceptable en sus básicas alternativas narrativas.

Es una película sin más pretensiones que resultar un divertido e intenso pasatiempo, y lo logra ya que el filme no da respiro en sus situaciones.
Ya sabemos que el argumento no es un tratado filosófico y no tiene por qué serlo, ya que quien quiere visionar un filme de estas características busca entretenimiento chapucero, alternativas sangrientas, mala leche en el humor y un constante dinamismo narrativo. Y la película nos brinda ello en forma pródiga, con vicisitudes desmadradas obviamente, pero sin traicionar nunca la línea exagerada que uno puede esperar al ver una cinta con un duende de protagonista.

El enano Warwick Davis se mete dentro del sugerente disfraz del duende Leprechaun consiguiendo una interesante composición histriónica, también tenemos el debut en la gran pantalla para la sensual Jennifer Aniston quien hasta el momento había realizado series y productos televisivos. El resto del cast encarna a personajes carismáticos que le dan el colorido necesario como para atrapar al espectador gracias a la simpatía y la comicidad imperante.

Pero no todo el argumento es broma, también derrocha el mismo situaciones truculentas y espíritu malintencionado. Una buena combinación a la que se le suma una sugerente ambientación campestre donde aparecen de vez en cuando algunos cutres pero atractivos efectos visuales para dar por resultado un producto entretenido que pasa la prueba por lograr efectivamente hacernos pasar un rato entretenidos con horror, fantasía y humor rancio.