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Voto de Imagomundisblog:
6
Comedia. Fantástico Scott Howard es un tímido estudiante de instituto que descubre que es un hombre-lobo. Aunque en un principio su estado le provoca una terrible preocupación, poco a poco irá desarrollando sus nuevas, ágiles y peludas cualidades para ligar con las chicas y ganar al baloncesto. (FILMAFFINITY)
7 de mayo de 2019
2 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Cuando yo ví esta frikada en el Cine Astoria con mi padre tenía 9 años y no entendí ni rosca. Aquella noche al volver a casa tuve miedo también de la escena de la transformación y los fx artesanales tipo un "Hombre lobo americano en Londres ". Yo creo que a mi padre y a mí nos tomaron él pelo con el señuelo J. Fox pensando que aquello sería un "Regreso al futuro". Tuvo que pasar mucho para entender la metáfora de "Teen wolf".
Ésto que es un clásico freek de los 80 ya en el 57, un director de serie B, Folder, hizo una primera versión. Allí un chico adolescente mostraba sus cambios hormonales en una verdadera agresividad que se resumía en que era un hombre lobo. La película, como curiosidad se llamaba "Yo fuí un hombre lobo adolescente", y fue homenajeada en la primera versión del clásico de Stephen King "It" cuando el grupo de niños protagonistas asisten al cine de su localidad.
"Teen Wolf" presume de ser del mismo año que la super "Regreso al futuro" de Zemeckis y tiene la gloria de encumbrar en las portadas teenagers al eternamente joven Michael J . Fox.
América sabe reciclar los folklores ancestrales europeos y los miedos de los bosques de los Hermanos Grim en sus localismos costumbristas. ¡Qué les voy a contar!...ya saben...un chico "mono" pero de perfil medio que no destaca, el guaperas, la chica rubia favorita y de rosa, la morena latina que merece ojos donde sólo hay ciegos, el gordito todo corazón que cuenta gracias...y un largo sin fin de personajes comunes que nos sitúan en el High School, el bus amarillo, las taquillas, la cancha de basket, el director severo, y las clases aburridas con un reloj encima...de tanto verlo parece que todos hubiésemos estudiado allí.

El paso de la adolescencia al mundo adulto produce no pocos estragos y dolores.Físicos y psicológicos. Tantos como los de la transformación del pobre Scott Howard (M. J. Fox) en muchacho - lobo.
Ser aceptado por todos y llevarse a la chica más guapa es el mayor premio que existe.
¿Y qué ocurre cuando lo consigues?
Que te das cuenta que era mejor, al fin y al cabo, ser el pringado que eras antes de conseguirlo.
Al menos este es el resultado aquí expuesto. Véanlo.
Queremos llegar lejos, cumplir nuestros sueños, nadie quiere heredar el negocio de tu padre, en este caso una ferretería. Somos más grandes que nuestros padres y vamos a conseguirlo. No paramos de ver la tele. Y eso se aprendía desde pequeños.

No me transformé en hombre lobo, pero la cara me reventaba de espinillas. Desde que un gracioso se metió con mi pelusa y me aconsejó la gilette, una transformación feroz de sarpullidos mantuvo levantados los cuellos de mi cazadora levis para esconderme las mejillas mientras el flequillo largo tapaba el resto.Es decir la metàfora de la transformación, el perfecto Teen Wolf.
Las castas del instituto y las tribus urbanas se multiplicaban y yo solo sé que no paraba de oír a The Police. Entonces ya no era el chaval hijo de divorciados que vió la peli con 9 años. Era verdaderamente un teen Wolf. Llegaron las fiestas del instituto, las rubias y las morenas.

Ganar en América significa hacerlo en deporte...en la película no podía faltar el clímax del final deportivo y las canastas...Qué época del baloncesto! Habíamos conseguido la medalla de plata en Los Ángeles porque medio mundo del orbe comunista no se presentó por boicot al capitalismo en aquella olimpiada del 84.
Las revistas de moda para los chicos eran..."Gigantes del Basket" o "Estrellas del basket" :)..en aquel 84 nos apuntabamos a escuelas de kàrate en el barrio "Karate Kid" nos llevó de la butaca a la gloria con Ralph Macchio un año antes, aquí, el bajito y endeble J. Fox nos enseñaba que se puede ganar siendo pequeño "sin recurrir al otro yo" es decir a tu hombre lobo y que mostrar las fauces no es juego limpio.

¡América, América! cuánto nos has engañado.
Imagomundisblog
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