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Voto de travis braddock:
6
Drama Historia de una ninfómana contada por ella misma. Una fría noche invernal, un viejo solterón (Stellan Skarsgård) encuentra en un callejón a una joven (Charlotte Gainsbourg) herida y casi inconsciente. Después de recogerla y cuidarla, siente curiosidad por saber cómo pudo haber llegado a semejante situación; escucha atentamente el relato que ella hace de su vida, una vida llena de conflictos y turbias relaciones. Para su estreno ... [+]
27 de enero de 2014
8 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
El danés Lars Von Trier es uno de esos directores que cuando ves sus películas te dan la sensación de que están jugando contigo de alguna manera. Cada vez que me he acercado a alguno de esos filmes he tenido la sensación de que me estaba tomando el pelo, que a veces se reía conmigo y a veces se reía de mí, por su particular manera de afrontar el cine, tratando de descolocar al espectador con diversas tácticas. A mediados de los años 90 fue el adalid del movimiento Dogma, que quería recuperar una mayor pureza en el cine haciendo películas como si se tratara de vídeos caseros, con deficiente iluminación, nada de música sino sonaba en la escena, cámara en movimiento e interpretaciones que parecieran reacciones reales. De las películas que surgieron con esa etiqueta quizá la más recordada sea "Los idiotas", que me hizo sentir que Von Trier se estaba riendo de mí, mostrándome una historia y unos personajes ridículos y sin interés. La siguiente que vi fue "Dogville", que tomaba una estructura teatral con todos los personajes sobre un escenario y donde las casas eran dibujos de tiza en el suelo para limitar el espacio. En esa ocasión sentí que el director se reía conmigo y de mí, pero la película me gustó bastante más y después Von Trier ha seguido haciendo cine("Manderlay", "Anticristo", "Melancolía"), ha pasado por tratamientos para curar una fuerte depresión y ha sido expulsado del Festival de Cannes, donde antaño le doraban la píldora, por hacer unas polémicas declaraciones en las que decía entender a Hitler. Queda claro que Von Trier es un bizarro personaje, con una "pedrada" importante, que ha sabido encontrar en el cine un medio de expresión a sus locuras. Y la última de ellas es la ninfomanía.

En el primer volumen, Von Trier muestra que los tiempos de Dogma son historia y elabora una narración con varios montajes con músicas y vídeos que apoyan lo que se está contando, a veces dándole al relato de Joe un toque irónico que puede provocar la risa. No sé si Von Trier se burla de las películas que tienen la necesidad de recalcar visualmente lo que cuentan o si simplemente trata de ilustrar la historia con material de apoyo, con Seligman haciendo paralelismos entre el sexo y la pesca o la música clásica. El personaje de Joe acaba siendo el propio Von Trier, contando la historia como le da la gana pero sin necesidad de excitar a nadie y Seligman acaba siendo ese público deseoso de morbo que quiere sacarle punta y sentido oculto a todo lo que le cuentan.

El segundo volumen (que empieza donde termina el primero, con un corte limpio, como si volviera de una pausa para publicidad) ya está protagonizado casi enteramente por una estupenda Charlotte Gainsbourg (una actriz audaz y sin complejos, digna hija de sus padres, Serge Gainsbourg y Jane Brikin) como la Joe adulta, que sigue manteniendo su apetito sexual y su deseo de no mezclarse sentimentalmente con nadie. En su búsqueda del placer acabará sumergiéndose en las fosas del sadomasoquismo, siendo golpeada con fustas y látigos de nueve colas por el misterioso K (un excelente Jamie Bell, ya crecido de la etapa "Billy Elliot" y que ya en "Jane Eyre" mostró que los personajes cabroncetes se le dan mejor que los buenotes) y donde Von Trier no escatima planos de los daños que ocasiona en el cuerpo de Joe, ironizando esta vez con el sado de diseño, limpio y navideño, de sombras de Grey y similares. Asimismo, Joe conocerá a la joven P (Mia Goth), con la que establecerá una relación amistosa-maternal que tendrá consecuencias.

Debo reconocer que me ha gustado más el primer volumen que el segundo, no sé si porque se hace más fácil de ver o porque ya en él quedan claros los conceptos que acaban siendo redundantes en el segundo volumen, seguramente por ambos motivos. Posiblemente esta historia se podría haber contado igual en una sola película sin llegar a las cuatro o cinco horas.

Lo que me queda claro es que una vez más Von Trier lo vuelve a hacer, vuelvo a tener esa sensación irónica de que se ha reído del espectador pero al mismo tiempo haciéndole reír con él algunas veces, jugando con las expectativas y saliéndose a veces por caminos inesperados. Baste señalar en ese sentido la selección musical, pues la primera parte empieza con un cañero tema de Rammstein que puede hacer presagiar que vamos a ver algo duro que luego no tiene lugar (los que esperen escenas explícitas por doquier que se vayan olvidando) y la segunda termina con una canción interpretada por la propia Charlotte Gainsbourg, cuya letra nos deja la duda de si esta película no será simplemente una pedorreta de Von Trier. Un cineasta genial para unos y odioso para otros, pero que indudablemente cumple con eso de que los directores de cine deben ser como los maestros de ceremonias del circo, capaces de ganarse la atención del público.
travis braddock
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