Martin Campbell resucita a un héroe clásico en esta película de 1998. En su momento, generó grandes expectativas entre el público, debido al espectacular repartor. Antonio Banderas y nada menos que Anthony Hopkins interpretaría al héroe del presente y el otro del pasado, con alguna escena de mérito y de complicidad entre ambos (por ejemplo: los círculos de la venganza).

Una bellísima Catherine Zeta-Jones presta aparte de encanto carácter a la contrapartida femenina, en este caso la sensual Elena, algo más que la damisela femenina. No obstante, este espectacular reparto bien secundado no deja de ocultar algunos momentos irrisorios o simplemente vacíos.

La capa y la espada está solucionada con fluidez con buenas coreografías aunque no aporta gran novedad con respecto a las antiguas y tradicionales obras fílmicas sobre el mito del pueblo mexicano. Stuart Wilson y Matt Letscher (especialmente este último) se prestan como malos malísimos en una trama que no llega a ser especialmente cautivadora.

Destacar, pues al César lo que es del César, un buen trabajo por parte de Antonio Banderas. Fácilmente se e, intuyo, con idéntica falta de dificultad es un poco efímera. No llega a ser innovadora y tampoco aprovecha al máximo los recursos que la época puso a su alcance.