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España España · La città delle donne
Voto de pongipapara:
8
Comedia. Drama. Romance Corre el verano de 1987 y aunque James Brennan (Jesse Eisenberg), un joven recién graduado en el instituto, sueña con hacer un viaje por Europa, la falta de recursos le obliga a aceptar un empleo precario en un parque de atracciones local. Así, James consigue el peor trabajo que nunca imaginó... pero puede que también pase la mejor época de su vida. (FILMAFFINITY)
12 de julio de 2009
9 de 37 usuarios han encontrado esta crítica útil
No sabiendo si se está en la comedia o la tragedia, ¡así estamos en las pelis! Para date movie, Personal Best, de Towne, como decía la magnífica Pauline Kael, a la que también habría que habérsela considerado entre las candidatas a mis rodilleras. Pero no Adventureland, que coge la teoría de pava Kristen Stewart para un uso que no excede al Noah Baumbach de Kicking and Screaming y que desusa el magnífico de In the Land of Woman hasta el desasimiento (travellings etc), escenas de discusiones que no están al nivel de la Riefenstahl de Personal Best y pertenecen más a la segunda división de Persiguiendo a Amys o All the Real Girls. De Baumbach, que ha acabado como Allen en September, ''maudlin'' a secas mientras que a Allen se le podía amar, teníamos lo que aquí, quejitas cutres de graduados en liberal majoring, sólo que mientras que en la ópera prima del Arthur Miller wannabe teníamos escandalosamente graciosas escenas de pavos intentando ligar con el estoy con mi tesis, aquí tenemos el decepcionante asunto del parquerío de atracciones posmoderno deseando ser patafísico de ponerlo todo en un parque de atracciones para aquel que pierde la autonomía de la noche a la mañana, como si los cinéfilos fuéramos Madre Teresas a lo Gregory La Cava. No sólo habla como un tonto el chaval acerca de las relaciones, y está harto mal que lo haga teniendo 21 añitos, sino que tendría que aprender de Art Carney, una vez más, en El Gato conoce al asesino, o The Long Goodbye o, ya que estamos, Shampoo, y su proverbial mamada debajo de la mesa. Y es que el problema fundamental de Adventureland es que no es Personal Best; el ''game'' del ligoteo es ''elevado'' a ciencia por el ex-Van Wilder (cum-a-ver-si-consigo-ser-Robert-Downey.Jr que acaba de sufrir las embestidas de Sandra Bullock(s) en The Proposal, con lo cual digo suficiente) cuando ni es ciencia ni es ''game'', ni es 'wiring' (''don't tell her about your ex'') sino un juego de Mad Hatters de infinita reversibilidad, cosa que Kael entendía, esta peli no, y sólo salva la música y las pavas, y no podrá cualquier espectador que quiera follar en base a Mottola o hacer del Renacimiento una procesión de bellezas en la pasarela que, en último término, es lo que viene a ser la teoría cinematográfica que, desde luego, no está en ninguno de mis trabajos para la odiosa tesina en la que sudo, o intento comenzar, mientras se estrena esta peli, como manda la Musa Dylaniana de los años 80, no en abril sino en julio, obedeciendo la ley del deseo. Adventureland, pues, viene a ser un ejercicio de profesionalismo, con el prota haciendo de Philip Marlowe y Art Carney severamente equivocado, plano tras plano. Y bienaventurada la que me desvirgue.
pongipapara
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