Vamos a ver:

La "película" no es pasable, es pésima. Pero no hay que tomársela como tal, sino como un vídeo de hora y media consistente en una inocentada a un grupúsculo de cocientes intelectuales negativos.
"El Gran Marciano" es una auténtica pasada del humor macabro. Es un ejercicio para la autorreflexión, es la mofa del idiota español, la ansiosa búsqueda de la memez, la pedantería del anodino, la pura vergüenza de lo ajeno, el sumun de la imbecilidad.

Y entre todos ellos nadie destaca tanto como uno que creyó ser la reencarnación de Kant y jugó a Iker Jiménez. Las escenas protagonizadas por el genio de la metafísica militar y enemigo número uno del razonamiento lógico, Jorge Berrocal, perdurarán para siempre en mi memoria. Sin desperdicio.