8 de febrero de 2010
6 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
Divertida adaptación de un cuento ("short story") publicado en un diario de 1933, de Maurice Walsh. Un irlandés que ha hecho fortuna en Norteamérica regresa a su pueblo natal y se enamora, lo cual es un drama y una comedia. No debe tomarse lo que ocurre como un tema de derechos de la mujer, sino una fantasiosa rememoración de costumbres de los años 30 en Irlanda, que exalta las tradiciones irlandesas con intenciones de comedia. Se trata del choque de la cultura liberal americana con la tradicional y católica cultura irlandesa en aquel tiempo. Por ejemplo se supone que los irlandeses son grandes bebedores y camorreros que hacen amistad después de interminables peleas a puñetazos, que las mujeres son ariscas y de fuertísimo carácter, que defienden a rajatabla las costumbres ancestrales del noviazgo y el matrimonio. La diversión está en el exceso, la belleza de las imágenes y la simpatía de los actores que vuelven graciosas las exageraciones, produciendo una historia mítica y deliciosa, con el modo voluntarioso de caminar de John Wayne, su gesto de arrojar el cigarrillo y la deliciosa belleza de Maureen O'Hara.
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