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Voto de FERNANDO BERMEJO:
5
Drama Una anciana pianista, que da clases de música en una cárcel alemana, descubre el talento de Jenny, una joven y conflictiva presa de 21 años, y decide presentarla a un certamen musical para jóvenes intérpretes. Para lograr el primer premio, las dos mujeres, absolutamente opuestas en apariencia, se verán obligadas a trabajar en equipo, a aprender a conocerse y a respetarse... (FILMAFFINITY)
12 de julio de 2009
7 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
Desde la irrupción de su Nuevo Cine, allá por los albores de la década de los 70, la cinematografía alemana, en un ejercicio que sólo puede ser catalogado de saludable y del que bien podríamos tomar ejemplo por estos lares, ha aireado y dirimido abierta y valientemente sus contradicciones y pulsiones Históricas. Las últimas películas que nos han llegado desde aquel país, con La vida de los otros como buque insignia, han sido continuadoras de este característico afán de revisión, aunque éstas, en una clara apuesta por fórmulas dramáticas mucho más convencionales, también se han distanciado notablemente de la personalidad y el carácter autoral que distinguieron a las obras de Fassbinder, Herzog, Schlöndorff y Wenders. Al igual que la recientemente oscarizada película de Florian Henckel-Donnersmarck , Cuatro minutos, un melodrama carcelario que vino avalado por excelentes críticas y numerosos galardones desde su país de origen, se hallaría englobada en este conjunto de películas que, desde el corsé de la convención melodramática, aborda temas de fondo, de interés histórico y social, que van más allá de su argumento. Y es que la tensa relación entre una vieja maestra de piano con un turbio pasado nazi a sus espaldas y su problemática alumna, una traumatizada reclusa con frecuentes accesos de cólera, no es más que el símbolo, tal y como apuntó el crítico de “Cahiers España” Gonzalo de Pedro, de la difícil convivencia entre la vieja y la nueva Alemania, una historia alegórica, accesible y menos dura de lo que promete, expresada en forma de relato de autosuperación redentora. Más allá de esta alegoría política, los clichés y giros de la película son, pese a una estilizada e irreprochable realización, demasiado evidentes como para que lleguen a sorprendernos.
FERNANDO BERMEJO
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