Vaya basurilla metafísica me he encontrado en esta “Dark Corners”. Tampoco me esperaba gran cosa, viendo el nivel de las críticas y la nota media, pero la tenía por el ordenador bajada por error y decidí conservarla por respeto al ancho de banda de mi linea. No sé como harán los demás, pero si me bajo algo por error que no haya visto, lo conservo para alguna noche ociosa.

La historia, pretendiendo jugar con nosotros, ofrece dos realidades, como las caras de una misma moneda, opuestas pero unidas por varios sucesos que ocurren en los sueños de ambas protagonistas como nexo inicial entre los mundos.

Como idea, aunque algo simple, resulta interesante pero sólo en el planteamiento. La confusión entre realidades, en lugar de acrecentar el suspense, sólo consigue crear un galimatías de “realidades paralelas” del que, como se ve al final, no existe guionista lo suficientemente hábil para arreglarlo. No hay nada de interés entre las dos vidas, sólo el hedor constante a pérdida de tiempo.

Para más inri, a mitad de la película, la propia protagonista me confirma la peor de las resoluciones posibles (comento spoiler), la más simple y esperada, tan mera como decir que la gente de “Perdidos” está en realidad muerta.