Hiperrealista y brutal, Secuestrados, el segundo largometraje como director de Miguel Ángel Vivas, nos muestra la pesadilla de una familia cuyo hogar, al que acaban de mudarse, es invadido por unos asaltantes tan peligrosos como violentos.

Sorprende que lo que podría haber sido una versión patria de Funny Games o de Los extraños (The Strangers) acabe siendo un más que interesante ejercicio fílmico que se beneficia del buen hacer de su trío protagonista (Fernando Cayo, Ana Wagener y Manuela Vellés, quienes dan vida a la familia secuestrada) y de un director con un talento incontestable para la planificación. Y es que la cinta está rodada a base de planos secuencias, algo francamente complejo, pero que otorga dinamismo y realismo. Atención, asimismo, a cuando la pantalla se divide en dos para mostrar lo que ocurre en distintos lugares.

Secuestrados es, en definitiva, un estupendo thriller que sabe mantenernos en tensión sin artificios ni giros excesivamente imposibles. Un trabajo dignísimo y con muchas más virtudes de las que podría parecer a simple vista. Muy interesante y muy recomendable.